Josep
Maria Subirachs: la huella de los bronces
Escrito por sugerencia de la escritora Ana María Ferrin, que en el año
2011 lo incluyó parcialmente en su libro “El tacto y la caricia. Subirachs”.
Una parte entrañable -tal vez
incluso sustantiva-, de mi lejana adolescencia, transcurrió tras los bronces
del escultor Josep Maria Subirachs que ocupan la fachada principal del
santuario de La Virgen del Camino, León, obra del arquitecto don Francisco Coello
de Portugal y Acuña.
Unos bronces gigantes, sobre los
cuales rebotaban -como gotas de lluvia- los cantos gregorianos de un puñado de
frailes dominicos, la desgarrada música de un órgano convencional, tocado
por un magnífico organista, y las voces de un coro de muchachos que entonaban
-bajo una mano enérgica-, partituras de Haendel, de Vitoria, de Bach, de
Palestrina…


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