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viernes, 28 de febrero de 2020

Paisaje Mediterráneo. Acuarela


Paisaje mediterránio. La Marina Baixa

Paisaje Mediterráneo. Acuarela

La dueña de una galería de arte de Benidorm me pidió que le hiciera un trabajo profesional. Cuando le pasé la factura la miró y me dijo: te voy a pagar con un cuadro. Y me pagó con esta acuarela perfectamente enmarcada. De esto hace ya muchos años y desde entonces está colgada en mi casa.

Añado este poema. Creo que entona muy bien con el paisaje:

domingo, 16 de febrero de 2020

Una tarde en el jardín


Martina en Relleu, febrero 2020

Una tarde en el jardín

En el jardín hay un árbol,
Y en el árbol una rama,
sobre la rama hay un mirlo
que está cantado a su amada.

sábado, 15 de febrero de 2020

El día después del 14…


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

El día después del 14…

Escrito cuando la juventud era un divino tesoro y aún sobraban fuerzas para decir tonterías a la española. Ahora el macho ibérico está bastante disminuido y en la sociedad se ha acabado imponiendo el macho alfa, que puede ser hombre, mujer o la conjunción de ambos en pareja.  Loados sean los chips y las tecnologías de última generación y nueva planta. Los dioses y las tradiciones han perdido comba y están en franca retirada. Gaudeamus igitur...
     ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo tras el día de los enamorados?
     -Con agujetas.

jueves, 13 de febrero de 2020

Tus ojos


Rosa, primeros años 70

Los ojos de los que yo me enamoré los tiene la mujer de la que sigo enamorado. Se llama Rosa y es esencialmente buena. Este poema lo escribí en los años 70 y forma parte de mi primer libro. Las cosas que le dije son sencillas, primarias, elementales, como corresponde a un corazón cautivado. Si volviéramos atrás, volvería a decirle exactamente las mismas.

Tus ojos
A Rosa

Tus ojos silencian la noche,
tan llenos de calma,
tan quietos.

Tus ojos acallan las ramas,
juguetes que bailan
al viento.

viernes, 7 de febrero de 2020

He despojado tu hierro…


Autor: José Piqueras


He despojado tu hierro…

He despojado tu hierro
de pátinas y herrumbres.
He sometido tu tronco
a una lenta gubia.
He llegado, en fin, a la verdad,
tu estricta esencia.