Página de literatura, en poesía o en prosa
LA EMERGENCIA (Fiesta de Moros y cristianos, Villajoyosa)
Debido a una pequeña emergencia, he tenido que levantarme a las seis y pico de la mañana. Me he visto tan extraño, que me he dicho:
En la noche inmensa
del espacio abierto,
mientras todos duermen
¿qué hago yo despierto?
Hoy es el día de los abuelos. Martina es mi nieta, y esto es lo que dice de mí:
Mi abuelo y yo
Mi
abuelo está un poco loco
y
tiene algunas manías.
Cuando
rompe alguna cosa,
todas
las culpas son mías.
Rosa y Mariano
AMOR Y TIEMPO
Ayer fuimos dos islas
impedidas, imposibilitadas.
Mañana es un futuro impredecible
que se me hace lejano.
Ahora es un estado
de eternidad, que nos permite
fundirnos en el gozo.
Tiempo de gozo. Tiempo
de los que irremisiblemente
tienen destino en el amor.
El tú y el yo se acercan,
se enlazan y confunden...
No hay muros, no hay separaciones,
todo es luz, no hay necesidad,
yo soy uno contigo...
¡Gozo sin tiempo!
Hoy te siento y me sientes,
hoy sentimos que somos,
hoy sabemos que nos amamos.
Ya no existen las islas que mañana
volveremos a ser.
Mariano Estrada,
del libro Amores colaterales (2006)
Accidentes
Las curvas de tu cuerpo
son claros desafíos
a la velocidad,
y yo derrapo en ellas
con la frecuencia de tus
interminables devaneos.
Soy un fiel inquilino
de tu soberanía, un amante
del muy accidentado
ordenamiento de tus territorios
y la vertiginosa
naturaleza de sus precipicios.
Me gusta recorrerte
con la delectación
profusa del sometimiento.
Mariano Estrada
Del libro Amores colaterales (2006)
Alas y sueños
La vida me ha enseñado que sin sueños no se puede vivir. Por otra parte, los sueños necesitan unas buenas alas para volar. Pero yo he notado de pronto que las mías van perdiendo fuelle y consistencia. Esta es la razón por la que, casi de forma imperceptible, he empezado a caer por los derrumbaderos de la gravedad, del tiempo, del pensamiento, de la memoria. Sin embargo, percibo claramente que, en el lento proceso de la caída, se suavizan mis terremotos interiores, que son grandes y muchos. Puede que resulte paradójico lo que digo, pero lo cierto es que voy llegando al beso de la noche con los labios iluminados por la ancha sonrisa del sosiego. Hoy respiro una calma que ayer no tuve. Voy a procurar que el mañana sea un remanso de paz desde el que pueda derribar los muros orgánicos de la existencia.
Mariano Estrada