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martes, 29 de marzo de 2022

El rincón elegido

 

Playa de la Caleta, Villajoyosa
 
 
El rincón elegido

¿El futuro? No sé,
tampoco quiero nada
que no se encuentre en este
trozo de mar delimitado
por el campo de luz de las pupilas,
en este espacio mínimo
de tierra, en el que caben
los sueños, el dolor, las rosas.

sábado, 26 de marzo de 2022

Kiev: crónica 0. Los primeros contactos y el Museo Nacional. Año 2005

 

Centro de Kiev. Antonia y Rosa. Flores y gorriones. Cerca del garito de cambio de moneda

Kiev: crónica 0 (de Crónicas espontáneas, año 2005)

Los primeros contactos y el Museo Nacional

Como era de prever, Kiev tiene en su centro la belleza antigua de sus edificios, pero también la de sus árboles, la de sus flores, la de sus pájaros. Los pájaros de Kiev son, casi, como las palomas de San Marcos, en Venecia. Y no me refiero al tamaño, sino a la domesticidad. No lo comprobé, desde luego, pero posiblemente se les pueda dar de comer en la mano. Tanto se dejaban acercar. También me han llamado la atención esas hileras de chopos que discurren por el centro de las avenidas con la esbeltez del bambú, pero con mucha más altura, muchísima más altura.

viernes, 25 de marzo de 2022

Te quiero amar

 

Playa del Paraíso, Villajoyosa, Alicante

Te quiero amar

Te quiero contemplar
como mujer,
en este atardecer,
junto a este mar
de sal y caracolas.

domingo, 20 de marzo de 2022

Kiev, crónica 4. Cabos sueltos y despedidas

 

Marina, Antonia y Rosa. Al fondo, la Universidad Roja (Poeta Taras Shevsehenko)

Kiev, crónica 4

Cabos sueltos y despedidas

La gente va seria en el trolebús y en el metro, la gente va seria por la calle. Me han informado, además, de que esa seriedad se va agravando con el avance del frío, de manera que en invierno es tristeza. Lo cual no es de extrañar, ya que los termómetros oscilan alrededor de los veinte grados bajo cero y, en ocasiones, pueden marcar treinta y tantos. ¿Cómo alegrar las caras y la vida con semejantes temperaturas? Tienen calefacción, por supuesto, pero esta no calienta las calles... Por otro lado, el frío empieza en septiembre y la calefacción no se la ponen hasta mediados de octubre. ¿Quién nos calentará la vida ahora / si se nos quedó corto / el abrigo del invierno? –cantó Claudio Rodríguez a los primeros fríos de otoño, en Zamora-. Y yo me pregunto: ¿qué hubiera escrito en Kiev, donde lo que se suele quedar corto es el presupuesto oficial? ¿Se hubiera quedado mudo y congelado? En el rigor de esos fríos insoportables, ¿quién desnuda su cuerpo para ofrecerlo al amor? Menos mal que hay mantas… Pero ¿cómo no entender que a menudo recurran al vodka?

sábado, 19 de marzo de 2022

Felicidades a los Padres, a los Pepes y a las Josefas

 

Rosa y Mariano. Martina y Raquel, 6-2022

 

Felicidades a los Padres, a los Pepes y a las Josefas
 
Uno:

Los padres que se llamen José deben tener doble ración en la tarta y recibir dos regalos de cada persona querida. Pero esto no se suele cumplir y acostumbramos a defraudarles por lo menos en el cincuenta por ciento.
Los padres que se llamen José deben tener esposas que no hayan conocido varón. Me refiero a otro varón. Pero esto no sé si se cumple en todos los casos.
Si un padre se llama José no tiene más remedio que regentar una carpintería en la que huela a santidad y a virutas de una noble madera.
Quien se llame José y tenga por mujer a alguien que se llame María, debe estar dispuesto a que en su casa se organice de vez en cuando un belén. Ahora bien, si no yogan juntos como esposos y de pronto nace un chiquillo que se llame Jesús, el hombre debe inclinarse por tener al menos una ligera sospecha.
A las mujeres que se llamen Josefa no es necesario exigirles que también sean padres para ofrecerles un doble regalo: el beso y la dirección de la joyería.

jueves, 17 de marzo de 2022

Kiev: crónicas espontáneas (nº 3). El mercadillo, la cuesta de San Andrés...

 

Antonia, Rosa y Andrea, ante la Iglesia de San Andrés

Kiev: crónicas espontáneas.
Cronica 3.- El mercadillo, la cuesta de San Andrés, el Podol

Estábamos de mercadillo en la Cuesta de San Andrés cuando Antonio Barletti se presentó con un cubano al que nadie esperaba. Antonio es un oculista peruano (arequipeño) del que Antonia dice que soluciona muchos problemas relacionados con la Casa de los Niños (Dim Ditey). Él fue el que nos acompañó el primer día al chiringuito donde hicimos, por primera vez, el cambio de moneda. El cubano es boxeador y exhibe ante nosotros una nariz de goma.
    
- Si vienes de noche no te vemos –le dije yo, tendiéndole la sonrisa y la mano.
    
- A no ser que venga riendo –concluyó él sabiamente y exhibiendo una dentadura blanquísima.
     Se interesaron por lo que más me había gustado de Kiev hasta el momento.
     -Pues me ha gustado mucho Santa Sofía, La Lavra, San Miguel… -les contesté-. Pero más que todo eso me han gustado los ojos de las kievitas.

    
Se miraron con patente complicidad y decidieron incluirme en el club de los que se dejan atrapar por la mirada. Antonio mucho más, si cabe, por motivos de su profesión.

     -¿Y tú cómo caíste por aquí? –le pregunté yo al cubano.
     -Por la misma razón, mi amigo –dijo él con toda la franqueza del mundo-. Por los ojos de las chicas…Fíjate que me casé con una de ellas…

    
-Esos ojos han arruinado a muchos hombres occidentales –dejó caer luego Antonia, con una suavidad aterciopelada. (Afirmación que, con todo su terciopelo, daría para un grueso debate sobre la organización social de los ucranianos).

     Tal como las mujeres decidieron, empezamos el día visitando la Iglesia de San Andrés, cuyas cúpulas de color verde oscuro rematan adecuadamente la inmarcesible claridad de las fachadas. Iba con nosotros Andrea, una estudiante muy joven, arequipeña también, como su tío Antonio, y tan dulce como las colmenas que veríamos después en los verdes hortales de un Monasterio cismático. En San Andrés había boda. ¿Boda? Había por lo menos tres bodas, cuatro bodas, cinco bodas… Yo que sé, en menos que canta un gallo vimos por lo menos diez bodas. En una de ellas, al cubano y a mí nos eligieron para dirigirles unas palabras a los novios en nuestro idioma de origen. Vieja costumbre, añadieron. Y yo pensé en el actor José Luís López Vázquez. El cubano quiso aclarar que él era de Cuba y yo de España.
     -Pues tú se las dices en cubano y tu amigo en español –le contestó el liante, que era un ucraniano con cámara de vídeo.
      Y ya nos veis a nosotros, en medio de una fiesta que no era la nuestra, sin nada que decir y sin que los novios entendieran ni papa.
     -¿Español? -me dijo a mí la novia-, y se le iluminaron los ojos, esos ojos por los que afortunadamente aún se pierden los hombres.
     Yo le dije que sí, y me lancé a un discurso que no quisiera oír repetido y que el liante ucraniano ha dejado grabado para la posteridad. Al terminar, sonaron unos aplausos agradecidos, pero nadie dijo “olé”, por lo que acaso, deduje, no me viera nadie como torero.

lunes, 14 de marzo de 2022

Kiev: crónicas espontáneas. La ciudad Alta y el Podol

 

Antonia y Rosa en la Puerta de oro, ciudad Alta de Kiev

Kiev: crónicas espontáneas. Año 2005

Crónica 2.- La Ciudad Alta y el Podol

En España puedes ir donde quieras, que al lado siempre hay un bar. En Kiev es imposible mirar hacia lo alto y no ver las cúpulas de una o varias iglesias, normalmente ortodoxas. Las iglesias católicas tradicionales se reducen a dos, San Alejandro y San Nicolás, lo que pasa es que hay cinco recientes y, naturalmente, de una relevancia menor.
     
Hoy hemos visitado la Ciudad Alta, o, por otro nombre, la Ciudad de Yaroslav el Sabio, que está asentada en los entornos de la Catedral de Santa Sofía y de la catedral de San Miguel. De aquí emanaba uno de los tres poderes que, antiguamente, tenían influencia en la ciudad. Otro se asentaba en el Podol, que es un barrio llano, donde se concentraba el comercio. Y el tercer poder residía en el Monasterio de la Lavra, del que ya hemos hablado anteriormente.

    
La puerta de Oro, reconstruida más de una vez -la última no hace mucho tiempo-, es la entrada principal de la Ciudad Alta, a la que acabamos de referirnos. Es también lo que queda de la antigua muralla de Kiev y a mí me da la impresión de que está un pelín descuidada. Pero no creo que sea yo el que se lo tenga que decir a los kievitas o a su Ayuntamiento. Se lo he dicho a Marina, nuestra magnífica guía, con la que hemos hecho el propósito de portarnos mucho mejor. Hoy no está Jesús, el fotógrafo vasco, que se ha ido en bicicleta a hacer fotografías a Chernobil. Pero está Antonia, y las fotos se las hacemos a un gato que tiene aquí su particular monumento. Se le atribuye la salvación de muchas vidas en el incendio de un edificio de las inmediaciones. Ni triste ni azul, el gato es simplemente precioso.

martes, 8 de marzo de 2022

Kiev: la hermosa ciudad que ahora vive asediada. El Monasterio de la Lavra

 

 

Monasterio de la Lavra, sep. 2005

Kiev: la hermosa ciudad que ahora vive asediada
La Historia, la humanidad, la cultura, el arte… ¡La vida! Todo ello a tiro de una bomba.