José Luis Ferris. Foto Fernando Medrano
José Luis Ferris y Mariano Estrada. Foto Fernando Medrano
Discurso de José Luis Ferris en la Presentación de LA DIMENSIÓN POÉTICA
DEL MUNDO
La dimensión poética del mundo
MARIANO ESTRADA VÁZQUEZ
Buenas tardes a todos.
Me encuentro aquí en calidad
de acompañante, de presentador, de testigo y de amigo, pero, sobre todo, de
notario. He venido a levantar acta del milagro del nacimiento y puesta en
sociedad de un libro francamente curioso, extraño donde los haya, de padre
conocido, de más o menos probada moralidad, hombre de bien, que responde al
nombre de Mariano Estrada Vázquez, y de madre ignorada que puede ser la más
insospechada criatura de todas las que de manera furtiva, tangencial y anónima
se han cruzado por la vida y la memoria del susodicho progenitor. Bello y desconcertante
enigma para el que no vale prueba de ADN y sí las especulaciones eternas acerca
de lo adventicio y de todo cuanto concierne a los sueños; los sueños de
Mariano, por supuesto, el poeta amigo que bajó de las altas tierras de Castilla
a este feudo de sol ciego, de almendros en flor y mar entregada, el mismo que
se define como un advenido de otro mundo por ajena voluntad, pero renacido a la
orilla del Mediterráneo, con Rosa y con familia, con amigos decididamente
eternos.
Pero antes de oír y de
escuchar al protagonista del acto, de dejarles a ustedes con quien de verdad
importa en este evento, el autor de la obra, me van a permitir que les haga
alguna confesión de interés. Porque creo que es de interés advertirles desde el
primer momento que esta obra, La
dimensión poética del mundo, además de ser la decimonovena dentro de la
producción literaria de Mariano Estrada es, sin duda, y oportunamente, la más
cervantina de todas.
Las razones y las pruebas son
tantas que resulta abrumador comprobar cómo el espíritu de Miguel de Cervantes
se ha apoderado de nuestro amigo hasta extremos de locura.
La primera complicidad les une
en la conveniencia de nacer en el mismo año, el 47, solo que con cuatro siglos
de diferencia; lo que significa que los dos compartieron la misma edad al
correr del tiempo y hoy tiene Mariano, con plena exactitud, los mismos años que
Cervantes cuando aquél se despidió del mundo un 22 de abril.
La última obra publicada por
ambos data del 15, esto es, respetando los cuatro siglos de distancia, de 1615
y de 2015 respectivamente. Léase: El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha y La
dimensión poética del mundo.
Ambas obras se dividen en dos
partes: la primera tiene un carácter más inocente e ingenuo, más poético si
cabe; la segunda encierra y propaga un lamento, saca el raso las
contradicciones humanas, las miserias, la ambición, los celos, la
contaminación, la infidelidad, la destrucción de la vida… Hablamos de una
segunda parte donde sólo nos salvan los homenajes a los seres que justifican
muchas cosas y dan sentido a otras, a los que amamos o nos regalaron lealtad: al
morisco Ricote, el gran amigo de Cervantes expulsado de España en 1612, los que
se perdieron cuando la cordura acabó con los sueños; o en la Segunda parte del
libro que venimos a presentar, el cumpleaños de Daniel, el recuerdo de Antonia
Estrada, el amor al terruño, a la comarca zamorana de Sanabria-La Carballeda
con Muelas al fondo, o las tierras de la Marina Baixa que son parte ya de la
piel y de la sangre del autor.
Pero lo más coincidente y
admirable es el propósito, la razón por la que ambos autores escribieron su,
hasta la fecha, última obra.
Cervantes creó el Quijote con
la intención de divertir, de arrancar la carcajada a las gentes de su tiempo, y
de condenar y ridiculizar los libros de caballería, siempre guiado por el ideal
clásico de instruir y deleitar. Y para ello escribe una obra en la que caben
todos los géneros literarios: poesía, cuento, historias, diálogos del mejor teatro,
crítica literaria, texto doctrinal o moralizante, tratado sobre costumbres y
formas de vida, consejos, reflexiones, filosofía popular… Se trata, pues, de un
libro de burlas, de crítica social, de visión poética del ser humano, de
reflexiones sobre los sueños del hombre, de canto a la libertad, de búsqueda de
la verdad humana…
Mariano Estrada también
confiesa su propósito desde las primeras páginas de este su libro que es, con
sonora coincidencia, una obra de géneros donde conviven la poesía, el ensayo,
la narración, la reflexión, la crónica, el texto periodístico… “Una larga serie
de trabajos de muy variada índole –dice él–, bien en forma de cuentos, de
relatos, de artículos, de poemas o incluso de ciertos híbridos resultantes de
la combinación de algunos de los géneros referidos”.
Pero no es esto lo que
importa. Lo relevante de La dimensión
poética del mundo es, más allá de Cervantes y del propio Mariano Estrada
como meros autores, es, repito, el propósito de Alonso Quijano, ese loco entrañable
que superó a su autor y se adueñó del corazón de todos nosotros.
Quiero decir con ello que la
intención de este libro que he venido a presentar es la misma que guió durante
mil páginas y numerosas aventuras por media España, hace cuatro siglos, al caballero
de la triste figura: salir al mundo y hacer justicia, desfacer el gran entuerto de una humanidad caída en desgracia,
carcomida por el egoísmo, el desprecio, desprovista de valores. La locura de
don Quijote, sus andanzas, solo persiguen el noble fin de adecentar la vida. Se
convierte en un modelo de aspiración a un ideal ético de la existencia. Se hace
caballero andante para defender la justicia, quiere hacer el bien y vivir con
el honor de haberlo logrado. Parece un loco, pero su locura no hace mal a
nadie, no sólo es inofensiva sino que además es tierna y profundamente humana.
Entrega la vida a un ideal sublime y se estrella contra la realidad porque los
demás no cumplen las reglas del juego, porque el resto de seres humanos no
comparte su inocencia.
En la página 9 de este libro
leemos sobre el propósito del autor:
“Quiero llamar la atención
sobre esta verdad incuestionable: la sociedad actual tiene muchos detritos y
desperfectos, muchas enfermedades, muchas ruinas, muchas carencias y
dejaciones. Esta es la razón por la que yo me atrevo a pedir sin ambages que le
devolvamos al mundo su relegada dimensión poética, que no es otra cosa que el hecho
de mirar con los mejores ojos, de hacer bien las cosas, de rebajar algunos
grados el egoísmo, de convivir con la mejor de las voluntades y el mayor de los
respetos, de amar con sentimientos generosos y corazones limpios…”
Mariano cierra el breve
parlamento de su introducción con una reflexión que no puede disimular su tono
cervantino: “Si esto fuera así –concluye–, subirían los niveles de bienestar,
tanto del cuerpo como del espíritu, y los males que nos aprietan y nos ahogan
serían mucho menores y, en todo caso, mucho más soportables y llevaderos” Faltaría
por añadir: “querido Sancho”.
Los 55 textos de este libro,
uno por uno, son lecciones de vida y de belleza ética y poética. Huelen a playa
y a roble, a infancia y a futuro, a polución y a brisa nueva, a desgracia y a
esperanzadora prosperidad. Cualquiera de sus páginas nos toma de la mano y nos
invita a mirar con ojos nuevos, con ojos limpios, inocentes, indulgentes
incluso, nos invita a leer a la luz de una llama, de un fuego familiar en los
inviernos lejanos, allá en Muelas de los Caballeros, o a desandar diez años,
regresar a este salón, a este escenario y a esta misma mesa, para oír como
entonces estas palabras de Mariano Estrada, página 71: “La naturaleza de la
sociedad en la que vivimos, cuya calificación voy a ahorrarme por ser tan
innecesaria como obvia, hace que la publicación de un libro de poesía sea casi
un milagro. No es una queja, es una simple constatación. Por lo tanto, no estás
invitado solamente a la presentación de este libro de poesía, sino también al
milagro de su nacimiento”.
Hoy hemos venido precisamente
para eso, para acudir al bautismo literario y festivo de esta criatura,
decimonona en la producción genética del autor, hija de esa promiscua relación que
Mariano mantiene con las musas de la poesía desde hace tantas décadas, unas
señoras eternamente jóvenes que lleva pegadas a las rocallas del alma, desde
las cuales le fortalecen, le espolean, le revolucionan, le absorben, le contaminan...
Gracias por este nuevo libro,
Mariano. Gracias por invitarme a esta fiesta, y gracias a ustedes por acudir a
la llamada de un poeta que tiene mucho de Alonso Quijano, de Cervantes y, sobre
todo, de amigo.
06-05-2016
*José Luis Ferris es poeta, escritor y doctor en literatura española.
¡ Qué bueno es poder leer un discurso de presentación tan bellamente escrito !¡ Y con tanto acierto en su contenido !
ResponderEliminarVa un aplauso fuerte y sostenido para el autodenominado " notario ", José Luis Ferris.
He compartido esta lectura con algún miembro de mi familia y nos ha parecido insuperable.
Mis elogios efusivos para el presentador del libro y mis reiteradas felicitaciones para el gestor- autor de "La dimensión poética del mundo ".
Van pues, en esta oportunidad, dos abrazos argentinos y un brindis con un mate bien cebado de esos que muy bien saben preparar los gauchos de esta latitudes.
¡ Enhorabuena, Mariano y...Salud !
Victoria
Gracias, querida Victoria, por esos grandes elogios y por ese mate bien cebado y compartido, que no mide horas vanas como en cierto velorio de Borges, sino momentos de magia y de poesía.
ResponderEliminarPuedo asegurarte que José Luis Ferris, además de otros méritos muy bien acreditados, es un mago de la palabra, con la que hace prestidigitaciones y filigranas y arte.
Todos los participantes estuvieron muy bien, de manera que el acto, en su conjunto, tuvo una calidad extraordinaria. Así lo manifestaba el público a la salida. Y, la verdad, el autor quedó muy complacido y muy contento.
Gracias por tu brindis y tu enhorabuena. Desde esta parte del Mediterráneo en la que vivieron escritores y poetas tan importantes como Gabriel Miró y Miguel Hernández, y en la que vive también José Luis Ferris, te envío un cariñoso abrazo
Mariano
Genial comparación! Grande y excelsa alabanza la que Jose Luis Ferris ha podido decir de tu obra al comprobar que el espíritu de Cervantes se ha apoderado de ti hasta los extremos de locura.
ResponderEliminarBendita locura de la cual deberíamos estar todos contagiados y de ese modo ir por el mundo sembrando bondades y arreglando entuertos.
"El futuro esta en las rosas", que son bellas y tienen espinas.
Un beso. Antonia
Hola, Antonia: veo que José Luis te ha encandilado. Bien es cierto que lo tenía muy fácil contigo. Eres mi hermana y me llevaste en brazos de pequeño.
EliminarEn todos caso, has dicho unas cosas locamente razonables. O razonablemente locas. Y yo te las agradezco con un loco cariño.
Besos y abrazos
Mariano, ojalá pronto pueda leer más de tu obra, pues este amigo tuyo tan querido ya se ha encargado de meterme la curiosidad. ¿Hay alguna manera de conseguir tu libro por estos lares? Vivo en México...
ResponderEliminarGracias, Perla Julieta: no me extraña que José Luis Ferris te haya encantado, es un gran escritor, un gran poeta y un gran comunicador.
EliminarConseguir el libro en México es imposible. Hay una manera de que lo tengas, que es enviartelo yo. Lo que pasa es que el porte es caro. Si quieres te lo explico por mail. Esta es mi cuenta de correo: maritos@telefonica.net
Te mando un abrazo
Precioso todo. Me alegro mucho. Un abrazo
ResponderEliminarEs cierto, Pedro, el discurso de José Luis es fantástico, aunque no sea yo el más indicado para decirlo, ya que soy parte interesada. Los demás participantes también estuvieron muy bien, con lo que el acto, en su conjunto, resultó muy bueno. Te hubiera gustado. Un abrazo
EliminarEnhorabuena, Mariano, por esta nueva obra (decimonona nada más ni nada menos). Me sumo a los elogios del presentador que, aunque amigo tuyo, se ha quedado corto. Un abrazo. Santos
ResponderEliminarVaya, Santos, ya sé a quién tengo que llamar para hacer la próxima presentación. Aunque tal vez te guste más ponerte en el papel de Miguel Escrig, o de Paco Llorca, y leer algunos poemas. Todo se puede andar. Sé que cualquiera de estas cosas la harías muy bien. Lástima que estemos tan lejos. Gracias por tus cariñosos elogios. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar¡Caray con lo que iba a ser una "confesión de interés" de Ferris! ¡Claro que me la imaginaba de interés, pero no de tanto! Se nota que conoce bien tu obra, y no te trata favorablemente porque sea tu amigo, Mariano: sencillamente transmite con sinceridad y clarividencia lo que el libro le sugería, y creo que su símil da en el clavo. Ya no voy a hablar de la tremenda nostalgia de sus evocaciones ( tuyas) de La Carballeda y Sanabria, de "el fuego de los inviernos",ya sabes...
ResponderEliminarDale la enhorabuena por su intuición y gran enhorabuena también para ti. Un abrazote para toda la familia
Emi
ResponderEliminarNo creas que mi sorpresa fue menor que la tuya, Emi. No tenía ninguna duda de que iba a hacer un discurso magnífico, pero logró sorprenderme. ¡Y cómo! José Luis no es que tenga recursos, es que es un recurso todo él. Además, procede de la poesía, y eso se nota. Por la poesía nos conocimos, allá por los años ochenta del siglo pasado. Y desde entonces hemos vivido muchas cosas juntos, algunas de ellas en Muelas, donde ha estado al menos tres veces.
Le daré tu enhorabuena y, naturalmente, me quedo con la que me ofreces a mí, que te agradezco muy sinceramente. Porque sé que me la ofreces de verdad.
Un fuerte abrazo