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viernes, 19 de abril de 2024

Paco Llorca: aproximación a un artista

 

Paco Llorca, en uno de los personajes que representó. Acuarela de Ángel González (Abril)

Queridos amigos: Hoy es el 32º aniversario de la muerte de Paco Llorca.
Dejo aquí una semblanza que escribí del artista para el programa de mano de un recital en Benidorm. Después escribiría otras para otros recitales y al final se convirtió en una norma. Tanto es así que fueron estas semblanzas las que le dieron el título al libro “Paco Llorca: semblanzas del arte” que escribí al año de su muerte. Un abrazo



Aproximación a un artista

Una fugaz reflexión sobre las cosas que pueden decirse de Paco Llorca sin caer abiertamente en los tópicos o en los lugares comunes, me ha hecho cuestionar una reflexión anterior, que transcribo literalmente: "Es un hecho notorio que la ilusión se agota en el decurso del tiempo, a medida que avanzamos hacia la muerte".

Tan obvio me parecía este aserto que muy bien podía encuadrarse en el marco filosófico del Absoluto. Sin embargo, quien conozca a Paco Llorca sabe también que su ilusión constituye al menos una excepción a esta regla. ¿Por qué? ¿De qué está hecho un hombre cuya ilusión no agotan los años? Contestar a esta pregunta es hallar la solución del enigma. ¿Sabremos hacerlo?

Para mí es evidente que Francisco Llorca Barberá, Paco Llorca, además de un hombre es un verbo que sobrevuela la gravidez de su propia materia. Sólo así se entiende que su fragilidad humana resista los embates de un mundo voraz, apremiante, competitivo... Un mundo nada predispuesto a las incursiones del alma en el hontanar catártico de la lira, que ése es ni más ni menos su reino. De ahí nos da de beber cada vez que el corazón se le asoma a la boca.

Podíamos preguntarnos sobre la compensación que a cambio recibe, y dado que de ningún modo es material, poco nos equivocaríamos contestando que no hay otra compensación que:

La de entregarse a los otros
con un verso en cada mano,
el corazón en los ojos
y esta certeza en los labios:

Siempre hay un alma que deja
en la penumbra los llantos,
otra que ríe de gozo,
otra que extiende los brazos...

He ahí el otro alimento del hombre, el que no es estricto pan pero mantiene dulcemente la vida. Paco Llorca nos da masticado lo que lleva tantos años comiendo: el numen poético, esa luz que proviene de allí donde el amor se comunica con el alma.

Mariano Estrada
Del libro Paco Llorca: semblanzas del arte (1993)

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