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viernes, 31 de enero de 2020

La risa, un ingrediente necesario


Rosa, en el pantano de Guadalest. Año 2011


La risa, un ingrediente necesario

1.* La llave

A veces no comprendo por qué te enamoraste de mí. Entonces cierro los ojos y me digo: menos mal que hay cosas que ocurren sin atender a razones. “Algo tendrías” –remuga por debajo la conciencia- Y es cierto: tenía el corazón enamorado, tenía una lengua irrefrenable, tenía unos ojos chispeantes y prometedores… Y, en el último rincón de las pertenencias, tenía la llave de la risa. ¿Serían esas cosas las que me hicieron un galán a tus ojos?

2.* Una observación

Una vez oí por accidente que una de tus amigas te decía: “Con Mariano no te aburrirás nunca. Entiendo que no tengas televisión”. Y yo te digo ahora: es verdad que siempre me ha gustado hacer reír a la gente. Pero a ti quería hacerte llorar. De risa, por supuesto. Con esa observación rocambolesca, tu amiga dejó bien clara una cosa: que la  postura contra la televisión no había calado ni entre las personas cercanas.

3.* La comunicación

Algo que no nos ha fallado nunca es la lengua, tampoco el interés por escucharnos. “No sé de qué podéis hablar tanto tiempo” –te dijo un día una amiga.- “Entre vosotros no se acaba nunca la conversación”. Ambos sabemos que yo ponía la lengua en un 70%, el mismo porcentaje en que ponías tú el oído. Si estos dos capitales no se cansaban, tampoco se cansaría el interés. Y hay que tener en cuenta la risa, que ocupaba una parte importante de nuestra comunicación. De hecho, a mí me recomendaban controlarla. Por las arrugas. Como si las patas de gallo fueran a arruinarme la belleza.

4.* Una luz prodigiosa

En las tardes primaverales de 1978,  paseábamos a menudo por aquella vieja playa de Villajoyosa que, además de ser de cantos redondeados, tenía una barandilla verde. Tu cara de embarazada no perdía nunca el acordeón mágico de la risa. Y yo, embarazado consorte,  me reía simplemente de felicidad. Un hijo ensancha mucho los  horizontes y, como el alba, ofrece a los que esperan una luz prodigiosa que nace abierta al mundo. Finalmente, la luz se concretó. Y fue niña.

Mariano Estrada, del libro Rosa entre las rosas: cuarenta años de amor (2014)


2 comentarios:

  1. ¡Y...sí ! La risa y/o la sonrisa son una importante carta de presentación y generan un vínculo interpersonal muy atractivo. Y si además, hay un sentimiento de amor que obra como condimento, el resultado es una ecuación perfecta para un vínculo sostenido a largo plazo. Me surge escribir esto luego de la alegoría a la risa que me has hecho llegar,mi estimado Mariano. Como siempre, leerte es siempre grato y me mueve a una reflexión inesperada. Un abrazo argentino...¡ Y a seguir riendo ! Victoria

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  2. Pues bien, Victoria, has reflexionado de una forma excelente. Me alegro de haberte incitado a la reflexión. Por cierto, me siento identificado con ella porque he visto que coincide sustancialmente con nuestro caso. Te dejo aquí una frase que escribí hace mucho tiempo: La risa es necesaria para que el alma respire. Donde hay hombres que ríen, aunque falte el pan, hay vida. Un fuerte abrazo.

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