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domingo, 26 de octubre de 2025

Presentacion en LA VILA de la ANTOLOGÍA POÉTICA de Mariano Estrada

 

                                                                  Portada del libro, de Lalo F. Mayo
  
Del cartel de la presentación. Datos informativos


Presentación en la Vila de la Antología poética de Mariano Estrada

Datos: indicados en el cartel de la portada. Estos son los básicos:
Día: 13 de noviembre, jueves, a las 19.00 horas
Lugar: Vilamuseu, calle Colón 57, La Vila

Edición, diseño y cubiertas: Lalo F. Mayo 

 
Indicaciones previas 
No es un libro más, ni mucho menos un libro cualquiera. Se trata de una Antología poética, en la que se condensan los últimos cincuenta años de mi vida: la tierra, la luz, el mar y la memoria. Simili modo, en la presentación anunciada en el título se resumen las presentaciones de todos y cada uno de mis libros de poesía, que son variadas y muchas. ¿Puedo decir que -para mí-, la publicación de esta Antología poética es un acontecimiento importante?  Pues bien, lo digo. Y añado, además, que el acto de su presentación, por sencillo que sea, no puede dejar de ser un acto antológico. 

Mi encuentro con el mar
Llegué a Villajoyosa en un seiscientos descapotable de color blanco que lo había adquirido por compra, en Madrid, a una pareja de vileros cuyos nombres son Manolo Cortés y María Luisa Bomant. Era el año 1973, un poco antes de Semana Santa, aquella Semana Santa sagrada y vestida de morado, en la que la túnica de Víctor Mature llenaba las pantallas de la televisión española. Traía conmigo, además de un hatillo de ilusiones, una provisión liviana de dinero y una pequeña maleta no mejor proveída: un poco de ropa, los documentos imprescindibles para ser una persona de bien y unos cuantos libros con los que siempre me ha gustado viajar, casi todos autorizados por la censura. ¿Qué me depararía el futuro en el lugar que elegí para vivir?

Declaración amorosa
Totalmente abducido por el mar, todos mis pensamientos acaban siendo espuma en una playa, barca en un puerto o pasión en un acantilado. 

Un poema antológico

El rincón elegido

¿El futuro? No sé,
tampoco quiero nada
que no se encuentre en este
trozo de mar delimitado
por el campo de luz de las pupilas,
en este espacio mínimo
de tierra, en el que caben
los sueños, el dolor, las rosas.

De hecho, me conformo
con este rumoroso acantilado
donde el agua es pasión
pero también espuma,
esta playa sin nombre,
donde la soledad se mece,
este hermoso rincón, donde
la vida es una humilde
complicidad con los variados
elementos del universo.

 No, no aspiro a otra cosa
que a la armonía del espíritu
con los impulsos naturales
del corazón, del agua,
del aire, de la tierra.

Y todo está en mis manos desde el día
en que tú las tomaste entre las tuyas
y juntos renunciamos a la
inútil espiral del artificio.
 

Mariano Estrada
Del libro Las orillas del mar ((2013)

 Con Lourdes y Javier del Vigo, autor de la foto, en el Montiboli


 

sábado, 25 de octubre de 2025

Presentación del libro "La vida secreta de Junio Sanz", de Susi Rosa Egea

Susi Rosa Egea y M. Estrada 


Presentación del libro 
La vida secreta de Junio Sanz
, de Susi Rosa Egea
 

Paquita Nogueroles fue la encargada de presentarlo

El jueves pasado, día 23 de octubre de 2025, asistimos en la Seu universitaria de Villajoyosa a la presentación de un libro titulado La vida secreta de Junio Sanz. Se trata de una novela que resultó ser la 5ª finalista del Premio Planeta del año 2024, una posición que está al alcance de pocos.
          Fue un acto entrañable, en el que los hombres estábamos en aplastante minoría, y los pocos que asomábamos la cocorota quedábamos ahogados en un ingente mar de mujeres entregadas a la figura estelar de la novelista, cuyo nombre es Susi Rosa Egea, residente en Murcia y vilera de nacimiento y de corazón. Se notaba a la legua que jugaba en casa. Me refiero a que la inmensa mayoría de las mujeres que la arropaban (Familiares, amigas, vecinas) habían vivido una parte de sus vidas con ella: concretamente, la infancia, que es la etapa de nuestra vida que deja una huella profunda en la memoria. Susi se sentía a sus anchas y tenía razones suficientes para instalarse en la euforia. Y en ella estaba.
          Paquita Nogueroles, persona muy conocida y muy querida en la Vila, hizo una enjundiosa presentación de la novela, hasta el punto de emocionar profundamente a la autora que, en un impulso espontáneo, se levantó de su silla y corrió a darle un abrazo. Paquita es una mujer experimentada que, mucho antes de ser la presentadora de su libro, había sido su inolvidable maestra. No diremos que corrieron las lágrimas, pero sí decimos que estas se asomaron claramente a sus ojos. Fue un momento realmente emotivo.
          Tras unos instantes de apaciguamiento sentimental, e incluso gutural, Paquita Nogueroles sometió a su antigua alumna a una serie de preguntas muy bien elaboradas que le permitieron desgranar los entresijos fundamentales de su novela, cosa que hizo con humildad, pero también con pasión, con desparpajo y con una gran dosis de valentía. No en vano estaba haciendo una reivindicación de los derechos de las mujeres, que de eso va la novela, una novela que lleva el membrete de quintafinalista, pero que muy bien podría haber sido la finalista a secas. Pretender ir más allá está bien como deseo, y hay que intentarlo, pero todo el mundo sabe que esa es una misión casi imposible.
          Susi Rosa Egea -recordad bien este nombre- tiene un don de gentes muy acusado y ejerce sobre el público una atracción irresistible, motivo por el que las presentaciones de sus libros siempre se alzarán con la vitola del éxito. Enhorabuena a esta joven novelista de Villajoyosa. Quién sabe, el Premio Planeta la puede estar esperando en los recovecos del sueño, pero también en la dura realidad. Solo necesita tiempo y paciencia. Tiempo tiene y juventud le sobra. La paciencia se la tiene que procurar.
          Mariano Estrada, 25-10-2025

viernes, 24 de octubre de 2025

Amanecer desde el Montiboli

 

Amanecer, Montibili, Villajoyosa. Foto M Estrada

Amanecer desde el Montiboli, Villajoyosa

La noche nos condujo sin tregua por los anchos territorios del amor, hasta que cayeron sobre nosotros las primeras luces del alba. ¿Y qué es el alba –me susurraste al oído- sino la oportunidad renovada del nacimiento? Entonces cruzamos las miradas y nos seguimos amando en la claridad creciente del día.

Mariano Estrada, 24-10-2025
Del libro Jirones de la vida (2018)

martes, 21 de octubre de 2025

Un tronco seco

 

Foto tomada junto a un camino de El Charco, Villajoyosa

 
Un tronco seco
El Charco, Villajoyosa

Debo decir que he pasado mil veces junto a este árbol seco, al que podemos llamar también naturaleza muerta. Sin embargo, nunca me había parado a mirarlo con detenimiento. Pero era inevitable que un día u otro lo hiciera. Estaba tan a mano… Me acerqué, pues, y le dije:
-¿Qué pasa, tronco?
-Ya ves, amigo, resistiendo.
- Como el Dúo Dinámico, ¿eh?
-Más o menos, pero el Dúo Dinámico sigue cantando.
-¿Y tú no lo haces ya?
-¿No ves que no tengo ramas? Eran ellas las que cantaban por mí, con el viento.
-Ah, los ululares… Mágicos, líricos… y ahora melancólicos. ¿Estás triste?
-Si así lo quieres decir…
-¿Por qué no lloras un poco y te desahogas?
-Porque no tengo savia, ¿no ves que estoy seco?
-Sí veo, sí, seco como un palo.
-No me rebajes la categoría.
-Vale, tronco.
-Tampoco seas burlón, todavía no se ha acabado mi tiempo.
-¿Ah, no? ¿A qué aspiras ahora? ¿Qué caminos te quedan por recorrer? ¿Qué sueños te quedan por cumplir?
-Espero a que se acerque por aquí un hacha grande, necesitada y misericordiosa.
-¿Un hacha? ¿Para qué quieres un hacha?
-Para que me trocee y haga leña de mí.
-¿Eso quieres?
-Sí, exactamente eso. De este modo podré consumirme en un fuego y trascender. ¿Comprendes? El humo, la brasa, la ceniza…
-¿Tú quoque, fili mi?
-¿Qué insinúas con esa retrospección de mal gusto, hombre de poca fe? ¿Es que no crees en la reencarnación de los árboles? ¿Es que no crees en los bosques de un nuevo paraíso donde todos nos volvamos a ver?
-Pues no sé, yo me inclino a creer que todo se acaba con la incineración o con los gusanos.
-Haces mal, muy mal. Tú mismo puedes ser árbol en una próxima vida. ¿Te imaginas ser roble o  almendro?
-¿Y cómo sabes que esos son mis árboles preferidos?
-Porque hace mucho tiempo que tus pensamientos me rozan. ¿O no eres consciente de que pasas junto a mí todos los días a la caída de la tarde? Además, desde mi muerte consumada estoy viendo ya tu cuerpo sin vida. Pero veo también que tiene un germen dentro que no se conforma con haber sido. En realidad ya hace tiempo que tienes labrado un porvenir en la raíz de esos árboles hermosos, bienaventurados e imperecederos.
-Bueno, tronco: de momento me dejo llevar por estos pies carnales que aún andan de prisa. Nos veremos mañana…
-De acuerdo, amigo. Yo seguiré aquí, esperando a Godot y deseando que venga con el hacha más filosa del mundo. Llegará un día en que no nos veamos, porque ya seremos del fuego, y luego nos volveremos a ver,  pero entonces ya seremos del aire.
-Se me hace raro, a la vez que me enternece, que los muertos puedan tener esperanzas e ilusiones. Yo creí que esas cosas eran patrimonio de los vivos…
-Nunca es tarde para aprender algo nuevo, querido transeúnte. Dentro de un tiempo sabrás que la muerte solo es un punto de inflexión. Dejarás a los vivos entre dudas y tú entrarás en territorios de certidumbre. En ellos nos veremos. Pero no te preocupes demasiado, no va a ser mañana ni pasado mañana, antes tendrá que alzarse el sol por el horizonte muchos días consecutivos…

Mariano Estrada
Publicado en el libro LA MAGIA DE LO AUTÉNTICO. Una visión lírica de Villajoyosa (2017)

jueves, 18 de septiembre de 2025

De una nariz superlativa a una boca descomunal


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

 

De una nariz superlativa a una boca descomunal

A Quevedo

Normalizar una boca grande requiere de algo más que de un manojo de gestos estudiados y voluntariosos. Requiere la aceptación de quien la lleva en la cara todos los días, como una parte de sí. Hay personas que no solo la han aceptado, sino que incluso le han sacado un extraordinario partido: Ana Belén, Maribel Verdú, Julia Roberts… Pero aún hay más: Francisco García Lozano, el feo de los hermanos Calatrava, le ha sacado incluso un notable rendimiento profesional y probablemente económico.
     Por otra parte, Quevedo escribió el conocido poema “A una nariz”, que a mí me llenó de regocijo al leerlo por primera vez. Estaba en el colegio, tendría unos 15 años y no pude evitar escribir estos versos:  

Cuando sales del mercado
de la ciudad de Madrid,
siempre sale por la puerta
antes que tú, la nariz.

     Curiosamente, desde entonces no volvió a apetecerme seguir hurgando en semejante protuberancia y, ya de mayor, me incliné más por las honduras. Tanto fue así que, en un momento dado, no tuve reparos en escribirle un soneto a una boca. 

 

A una boca

He pasado una mano por la cara
y he encontrado una boca sin frontera.
¡Unas fauces! –me dije-, no pensaba
que la boca era propia, no extranjera.

Bien mirado –argüí-, no es demasiada.
Y emprendí con la mano otra carrera
hacia el ente facial, que no encontraba,
pues se había arrugado en la ladera.

Sin embargo, una mueca mal tragada
me produjo una leve carraspera
y saltaron los muelles hacia fuera.

Yo me dije: normal, está forzada.
Con el brusco tirón de la tosera
se le corren las tintas a cualquiera.

Del libro Huellas de admiración (2022)