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jueves, 28 de abril de 2011

La caída del guindo

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Queridos amigos:

Tal vez este pequeño artículo se comprenda mejor ahora, cuando las dificultades nos han abierto los ojos, que en febrero del 2007, cuando la exuberancia del bosque no nos dejaba ver el desierto que se abría ante nuestras propias narices.

Un abrazo

La caída del guindo

Tengo el alma caída. ¿De dónde? ¿Y vosotros me lo preguntáis? De un guindo. La tenía allí hace tiempo, protegida del mundo, pulcramente instalada sobre un nido de tórtola que, por insignificante, respetaban los transeúntes que pasaban constantemente por el camino, porque habéis de saber que yo vivía en un guindo junto al camino ¿Y qué camino es ése por el que pasaban tantas almas que no te veían? Sí me veían, pero, como digo, respetaban mi soledad y mi independencia… Ya sé, ya sé que era una forma de ignorarme. Caminaban de prisa, con los ojos cargados de lujuria ¿De lujuria? ¿No querrás decir de avaricia? Sí, de avaricia y de lujuria, que ambas se juntan en los ojos abocados a la depredación.

Yo les gritaba y les gritaba: “Eh, amigos, por ahí no vais bien, ese camino sólo os lleva a territorios sobresaturados y adormecedores, donde la vida se hace enfermedad y se adocena y el alma muere de hartura. Vais a convertiros en una bola de grasa, una enorme bola de grasa sobre la que se multiplicarán después los gusanos” ¿Y este tío que dice? -me hubiera gustado que me dijeran-. Pero sólo se reían entre dientes y sus labios, tal vez, murmuraban a los botones de sus camisas: ¿qué es eso que me zumba en el oído, un mosquito? Y a mí me daba un coraje tan grande que a punto estuve en repetidas ocasiones de darme de morros contra el suelo “Eh, amigos, no os dejéis atrapar por el engaño, no bajéis a ese valle en el que poco a poco os hundiréis y perderéis la diversidad de la vista ¿No veis que allí no hay lontananza ni perspectiva ni riqueza, sino carnaza que vosotros mismos convertiréis en carroña y en desierto? ¿En desierto? ¿Qué digo? El desierto tiene esperanzas y horizontes, en ese valle al que vais sólo hay primeras impresiones y soledad, que es el muro en el que se estrella el arrepentimiento, porque habéis de saber que no hay camino de vuelta, sino una larga desesperación. Es cierto que llegaréis a un oasis donde habrá abundante comida, pero, ¿qué haréis después de comer, sino comer nuevamente y entregaros a la lujuria y a la pereza? Oye, muchacho, tú, que eres joven y luces esos gestos joviales y esa aparente despreocupación que te hace soñador e inteligente: allí abajo no se puede soñar, allí sólo se come y se bebe…” ¿Se bebe? –pensé que iba a decirme, pero sólo fue una apreciación preventiva-…Vaya, esto está chungo de veras, si un joven no detecta estas vaharadas de aliento espirituoso, es que no me oye ni Dios.

Por eso tengo el alma caída. Ahora estoy en el suelo y sé que no podré subir nuevamente a la higuera ¿La higuera? Hasta hace poco era un guindo, ¿en qué quedamos? Es igual, ya no puedo volver a mi pequeño nido de paja, sobre el que todas las advertencias se amortiguan y languidecen ¿Para qué he gritado tanto durante todos estos años? ¿Sólo para que Munch me retratara? Voy a salir al camino para que las muchedumbres me pisen. No quiero vivir más en este guindo olvidado, cuyas flores primaverales, sobre las que ya no se posan las abejas, son también del olvido ¿Flores, dices? Pero si es un guindo seco, ¿es que no lo ves? Sí lo veo, sí, ahora lo veo perfectamente. Voy a salir al camino para que la gente me atropelle y me sepulte ¿El camino, la gente? Eres un ser verdaderamente obsoleto. Hemos cruzado los umbrales del postmodernismo ¿y tú estás hablando de flores, de caminos y de gente que los transita? El camino al que te refieres es una moderna autopista por la que la gente no anda por su pie, sino que “circula” en sus lujosos carruajes y a una tremenda velocidad ¿Y adónde van, si puede saberse? Es un capricho que tengo antes de entregarme a la abrasión de sus enormes ruedas de goma ¿Adónde van, dices, alma ingenua e insulsa? Al valle que tú tan bien has descrito, lo que pasa es que cada vez tienen más prisa en llegar, no se sabe porqué. Tanta prisa tienen que algunos ya ni llegan. Si te olvidas del guindo y abres bien los ojos, tú mismo puedes ver su juventud interrumpida por innumerables accidentes de circulación y su carne desparramada en multiplicados amasijos de chatarra. Y ahora súbete al guindo de tus sueños y, si puedes, dile a la gente que se detenga…

Mariano Estrada, incluido en el libro Corrupción: los perniciosos socavones de la carcoma (2014)

lunes, 25 de abril de 2011

La desgracia tenía nombre de perro

Foto M. Estrada

La desgracia tenía nombre de perro

A mis hermanas Charo y Tere, que recordarán muy bien estas cosas.

Transcurrida la primera juventud, cuando Isidro ya era, sin remedio, todo lo hombre que se podía ser desde su metro sesenta y cinco de estatura, algo más dotado en inteligencia, pero no lo suficiente como para entrar en los servicios de espionaje, y algo más dotado de corazón, aunque no haya muerto de amores finalmente, ni haya dado el alma a ciertas causas honrosas con más o menos grados de humanidad. Es decir, cuando Isidro era el hombre que sus padres, ya muertos, hubieran deseado que fuera... Entonces, sólo entonces, Isidro se dio cuenta de que los paraísos perdidos son los únicos cielos posibles, ahora y en la hora de nuestra muerte, incluso antes y después. Pero sus padres, que habían arrastrado sus cuerpos por aquella tierra tan dura y tan poco generosa en su correspondencia con las inexcusables abnegaciones, le habían dicho siempre que él estaba llamado a otras cosas más altas: más grandes y más altas. Sin embargo, desde la ciega transparencia de los besos, Isidro veía aquellas otras cosas como una caverna de oscuridad.

sábado, 23 de abril de 2011

La rosa


El Montiboli, Villajoyosa

La rosa

En la clase había alumnos de varias profesiones y creencias. Todos eran mayores y trabajaban, al menos, ocho horas al día. Pero estaban allí porque querían mejorar el estatus, aunque algunos de ellos no supieran muy bien lo que era el estatus.
     -Maestro-dijo de pronto el soñador- quiero que nos hables de la rosa
     -¿Qué rosa, muchacho? –respondió el maestro un tanto escépticamente. Y añadió- ¿La del jardinero, que la cultiva? ¿La del revolucionario, que la persigue? ¿La del poeta, que la canta? ¿La del místico, que la espiritualiza? ¿La del transido por una espada de amor, que la convierte en una baba constante y objetivamente indigesta?

jueves, 21 de abril de 2011

Te espero: ¿o quizás no deba esperarte?

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro




Te espero: ¿o quizás no deba esperarte?

Queridos amigos:

Tengo dos poemas titulados “Te espero”, pero no son dos versiones de la misma historia, sino que son dos historias completamente distintas. Por otra parte, aclaro que al titular el segundo poema no caí en la cuenta de que existía un primero, sino que lo hice mucho tiempo después. Ahora bien, si alguna otra historia me pide un día que la titule “Te espero”, exprimiré la imaginación hasta encontrar un buen sustituto. Podría ser éste: “Quizás no deba esperarte porque ya espero a dos antes que a ti”.

Un abrazo

Ver PPS de Mar:
http://cid-b9547652472c3167.office.live.com/self.aspx/.Documents/Mar%5E_TeEspero1.pps


Te espero

Te esperé lo que nadie
ha esperado jamás.
Y mereció la pena.

Pocos besos después,
te esperé nuevamente, como acaso
ya no saben hacerlo los amantes.

Y de nuevo la pena
me fue retribuida.

Luego esperé una eternidad,
pero esta vez fue en vano.
Y la pena creció en mi corazón
hasta licuar su rabia.

¿Qué te puedo decir, ahora?
Te espero cada día
con esperanza que no pide
retribución.

Del libro “Amores colaterales”

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com/
Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios

domingo, 17 de abril de 2011

Paco Llorca: aproximación a un artista

Portada del libro "Paco Llorca: semblanzas del arte


Paco Llorca: aproximación a un artista


Queridos amigos:

El próximo día 19 de abril se cumplen 19 años de la muerte de Paco Llorca, un hombre esencialmente bueno, comprometido con la amistad, con la música, con el teatro, con la poesía… Un hombre que se entregó a los demás en forma de arte y cultura y al que sólo la cortedad de miras y el catetismo de ciertos políticos ha privado de tener, más allá de la muerte, el reconocimiento generalizado que tuvo siempre en vida. Y todo ello en una ciudad como Benidorm, donde la cultura es un barniz oficial cuyo vacío se ha disimulado a menudo utilizando alevosamente la materia dócil del Inserso.

Dejo aquí una semblanza que escribí del artista para el programa de mano de un recital en Benidorm. Después escribiría otras para otros recitales y al final se convirtió en una norma. Tanto es así que fueron estas semblanzas las que le dieron el título al libro “Paco Llorca: semblanzas del arte” que escribí al año de su muerte.

Un abrazo


Aproximación a un artista

Una fugaz reflexión sobre las cosas que pueden decirse de Paco Llorca sin caer abiertamente en los tópicos o en los lugares comunes, me ha hecho cuestionar una reflexión anterior, que transcribo literalmente: "Es un hecho notorio que la ilusión se agota en el decurso del tiempo, a medida que avanzamos hacia la muerte".

Tan obvio me parecía este aserto que muy bien podía encuadrarse en el marco filosófico del Absoluto. Sin embargo, quien conozca a Paco Llorca sabe también que su ilusión constituye al menos una excepción a esta regla. ¿Por qué? ¿De qué está hecho un hombre cuya ilusión no agotan los años? Contestar a esta pregunta es hallar la solución del enigma. ¿Sabremos hacerlo?

Para mí es evidente que Francisco Llorca Barberá, Paco Llorca, además de un hombre es un verbo que sobrevuela la gravidez de su propia materia. Sólo así se entiende que su fragilidad humana resista los embates de un mundo voraz, apremiante, competitivo... Un mundo nada predispuesto a las incursiones del alma en el hontanar catártico de la lira, que ése es ni más ni menos su reino. De ahí nos da de beber cada vez que el corazón se le asoma a la boca.

Podíamos preguntarnos sobre la compensación que a cambio recibe, y dado que de ningún modo es material, poco nos equivocaríamos contestando que no hay otra compensación que:

La de entregarse a los otros
con un verso en cada mano,
el corazón en los ojos
y esta certeza en los labios:

Siempre hay un alma que deja
en la penumbra los llantos,
otra que ríe de gozo,
otra que extiende los brazos...

He ahí el otro alimento del hombre, el que no es estricto pan pero mantiene dulcemente la vida. Paco Llorca nos da masticado lo que lleva tantos años comiendo: el numen poético, esa luz que proviene de allí donde el amor se comunica con el alma.

Del libro "Paco Llorca: semblanzas del arte"

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com/
Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios

jueves, 14 de abril de 2011

La víbora

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

La víbora

Esta entrada se la dedico a mi amigo de la niñez Valentín Alonso Fernández (Tino), que no solo no les tenía miedo a las víboras, sino que las cogía con inquietante naturalidad. No sé si la procesión iba por dentro, pero por fuera no se notaba. Sin embargo, lo último que él mismo le ha dicho a mi hermana Tere, que a su vez me lo ha dicho a mí, es que al final le acabó mordiendo una de ellas, creándole problemas de cierta gravedad. Por fortuna puede contarlo. Lo que no sé es si, a pesar de lo ocurrido, aún las sigue cogiendo ¿Las coges, Tino? ¿Los cojo, Ness? (Supongo que recuerdas esta frase). Un abrazo

sábado, 9 de abril de 2011

Locura

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Locura

Queridos amigos: hoy dejo aquí esta inconsolable “Locura” que, afortunadamente, no proviene de leer libros de caballerías, sino que es sencillamente de amor. ¡Cómo! ¿Una locura de amor en pleno siglo XXI?. Pues ya ve usted que sí. ¿O qué cree, que este tipo de mal es patrimonio exclusivo de Juana la Loca, metida en una cazuloca?

miércoles, 6 de abril de 2011

La librería de Jonás


Busqué en la librería de Jonás, pero El Buscón estába en la mía, entre tragos de Jack Daniel's y Azumbres de la noche


La librería de Jonás

Queridos amigos:

Cada vez que publico en este Blog un texto viejo, siento la necesidad de explicarlo a los lectores: “queridos lectores, este es un texto viejo” ¿Será con la idea de orientarles o, por el contrario, será para que lo lean con benevolencia? Pues bien, estamos ante un texto que, sin ser de la época de Maricastaña, tiene ya sus años. Al igual que algunos otros que he colgado aquí anteriormente, pertenece al libro “Vindicación de JL Borges”, del que sólo se han publicado en Internet algunos fragmentos ¿Fale la splicación? Esfero que sí, forque no hay otra. Un abrazo


La librería de Jonás

-Mira, Riki, o coges al toro por los cuernos o no harás nada en la vida. Las flores están bien como adorno, pero, si quieres cortar el bacalao, hay que olvidarse de florituras.

-¿Y qué me dices del arte?

domingo, 3 de abril de 2011

Hoy regreso al amor. Después de los toros y del fútbol


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Hoy regreso al amor. Después de los toros y del fútbol

Estábamos en los comienzos del año 2007 y en los albores de un Blog de antiguos alumnos que había nacido en León, bajo los auspicios de un hombre Cortés, llamado también José María,  para celebrar el 50 aniversario del Colegio Virgen del Camino, cosa que ocurrió el día de la Hispanidad de ese mismo año, es decir, el 12 de octubre. El colegio Virgen del Camino está situado en el pueblo del mismo nombre, dentro de un conjunto arquitectónico que incluye un famoso Santuario Mariano, y es obra del arquitecto Francisco Coello de Portugal y Acuña, para quien yo tuve el honor de trabajar allá por el año 1966, siendo estudiante en Madrid. Inspiro y exhalo.

viernes, 1 de abril de 2011

El abuelo, el nieto y el cura

Ángeles y demonios, tomada de internet sin ánimo de lucro

El abuelo, el nieto y el cura

Queridos amigos:

Gracias a la atracción en la que me tenía envuelto de niño, mi abuelo siempre ha sido para mí un motivo de inspiración literaria. De hecho, creo que la primera vez que cogí en serio una pluma fue para escribir un cuento en el que se reflejaran ciertos aspectos de su vida que me resultaban especialmente atrayentes.

Después imaginé un poema sobre su muerte que quedó recogido en el libro “Tierra conmovida”. Dejo aquí unos párrafos del cuento para facilitar, si cabe, la comprensión del poema.