El Dúo Dinámico en concierto
Conciertos de invierno: “50 años” del Dúo Dinámico
Hace un poco más de tres años se estrenaba en el Teatro Apolo de Madrid el musical “Quisiera ser”. En principio, parecía que éste iba a ser el broche de oro con el que el Dúo Dinámico cerraría su dilatado y glorioso transitar por los bellos, aunque a veces escabrosos, territorios de la música. Pero no ha sido así, con la celebración del concierto “50 años” se han abierto las puertas a nuevos escenarios, nuevos hitos, nuevas conquistas.
Y es que el Dúo Dinámico ha vuelto a instalarse en el proscenio de su famosa canción “Resistiré”, utilizada por Almodóvar en la escena final de la película Átame, y ha pasado de nuevo el rubicón de los años, de las generaciones, de la competencia constante y desaforada. De nada ha valido que su compañía discográfica EMI sacara en el 2004 una recopilación supuestamente “definitiva”, porque ella misma se contradijo sacando otra colección en el 2005. De nada ha valido que el Musical “Quisiera ser”, estrenado en el 2007, fuera entendido por todos como la apoteosis final a una larga carrera marcada por el éxito. Es verdad que ha sido un broche de oro, como decíamos al principio, pero no un broche de cierre, sino de suma y sigue, como ha podido verse después.
De nada han valido tampoco los contratiempos de la enfermedad, que los ha habido, porque han sido felizmente superados. Ni siquiera la crisis económica, que tanto ha reducido las actuaciones de nuestros cantantes y grupos musicales por los pueblos y ciudades de España, ha sido suficiente para arrojar a Manolo y Ramón de este olimpo musical en el que están instalados desde hace “50 años” por la soberana voluntad de la gente, que es en definitiva quien paga las entradas de sus multitudinarios conciertos y quien los aplaude a rabiar en el transcurso de los mismos. Parodiando a Lope de Vega, podríamos decir que quien lo ha visto lo sabe y puede dar testimonio.
La celebración de estos “50 años” musicales, en los que ha corrido y corre el caudal de la emoción, del recuerdo y del reconocimiento, ha vuelto a insuflarles la íntima energía de la juventud, aquella juventud que en una de sus canciones más emblemáticas, “Somos jóvenes”, anunciaban que perduraría mientras alguien quisiera cantar…Canción ciertamente premonitoria, porque somos incontables los que, con independencia de los años, queremos seguir cantando sus melodiosas canciones y, sobre todo, que ellos nos las canten desde la madurez y perfección que han alcanzado sus voces, sus músicos, su escenificación, sus arreglos, sus instrumentaciones, su saber estar con el público de una manera sencilla, próxima, íntima, cálida y llana.
Como español y como amante de la música, yo me siento orgulloso de esta pareja incombustible que durante “50 años” ha desplegado sus canciones por dentro y por fuera de nuestras fronteras. Y me alegra que en esta celebración gozosamente dorada, a la que llegan sólo unos pocos privilegiados,
nos puedan ofrecer
unas cuantas actuaciones de invierno, es decir, actuaciones que tienen lugar en locales cerrados, en los que forzosamente el aforo es mucho más reducido que en las plazas de toros o en los recintos al aire libre habilitados “ad hoc” por los ayuntamientos. Teatros, auditorios, lugares recoletos que a veces son mágicos y siempre distinguidos, tanto por la arquitectura que los adorna como por la solera que los recubre o la calidad de los artistas que pisan sus tablas e impregnan el espacio con su arte. Léase el Teatro Laboral de Gijón (el pasado día 1 de diciembre), el Teatro Principal de Alicante (hoy mismo, día 4), el Palau de
la Música de Barcelona (el próximo día 10), o L’Auditori de Barcelona el (próximo día 16). Por cierto, las localidades se agotan con asombrosa facilidad, lo que viene a corroborar en cifras lo mucho que los quiere la gente. En Barcelona ya están agotadas.
Felicidades a Manolo y Ramón, que son el Dúo Dinámico, y felicidades a todos los miembros de su equipo, que son un soporte inestimable. El éxito lo doy por descontado.