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miércoles, 19 de junio de 2013

El nudo


Tomado de internet sin ánimo de lucro

EL NUDO

Quede a cargo del verso
la descripción de las púrpuras y los paisajes.
Describa con justicia el rutilar de las estrellas,
los rumores del aire en el omero,
la acendrada luna en el crisol tupido de las ramas.

jueves, 13 de junio de 2013

Joyas del acervo cultural de mi abuelo



Tomada de internet sin ánimo de lucro


Joyas del acervo cultural de mi abuelo,
 que se llamaba Daniel Estrada Estrada


Huevos

Los huevos de las gallinas,
tú que sabes dónde ponen,
se los das a las vecinas
o tú sola te los comes.

martes, 11 de junio de 2013

Algunas reflexiones sobre el amor


Rosa, 10/07/2010, en el vestíbulo de casa

Algunas reflexiones sobre el amor

Como todas las cosas grandes que hay en este mundo, el amor es algo que nos desborda y nos supera, lo cual es evidente en cuanto a su duración, porque nosotros pasamos y el amor no pasa. Da igual la relación que hayamos tenido con él, da igual la poesía que le hayamos escrito. Un día nos deja y se apodera de otras mentes, de otros cuerpos. En este sentido, el amor es algo que está y que nos ocurre, que se alimenta de nosotros y que en nosotros se renueva. Como seres individuales –que es el plano en el que deben entenderse estas consideraciones- el amor nos antecede y nos sucede. Como especie, tendríamos que entrar en el huevo para tratar de saber dónde está la gallina.

miércoles, 5 de junio de 2013

Campamento de milicias



Aunque la historia que cuento tiene su desarrollo en Talarn, Lérida, donde hice el primer campamento de milicias, la foto corresponde al 2º campamento, que lo hice en Fuencarral, Madrid, en la Escuela de Arillería. Yo estoy sentado en el puesto que me tocaba desempeñar en el cañón cuando disparábamos: la mira. Pocas veces lo hicimos.

Campamento de milicias. La llegada

Talarn, Lérida, junio de 1971

He pasado muchos años llamando “Padre” a más curas de los que pudieran ser mis progenitores, como para pasarme desapercibida una conversación celebrada –si así puede decirse- entre un sargento chusquero del Ejército de España y un soldado en ciernes, como todos los que estábamos con él, el día mismo en que nos llevaron al campamento para empezar las milicias como excedentes de cupo.
En realidad, el muchacho se había dirigido al sargento ignorando la graduación que ostentaba:
- Oiga…
- ¿Oiga? ¿Cómo que oiga? ¿No sabes cómo se llama esto? –contestó el aludido, señalando orgulloso a sus hombreras-
- Pues, no ¿Cómo se llama?
- Mi sargento.
- ¡Ah!
- ¡Ah, mi sargento! ¿Tienes ganas de juerga? Esto se llama galones ¡Ga-lo-nes! ¿Entendido?
- Sí, entendido
- ¡Entendido, mi sargento! ¿De dónde sales tú, eres idiota? A ver, repite conmigo: ¡Mi-sar-gen-to!
- ¡Mi-sar-gen-to!