Martina
cumple un año más. Y son cinco
Hola,
Martina:
La abuelita Rosa estaba muy
orgullosa de sus geranios, pero llegaste tú, te plantaste delante de ellos y
entonces fue todo sol y primavera. La abuelita se puso a cantar como un
jilguero vestido de colores. ¡Qué alegría oírla! Su voz dejaba en el aire
grandes tintes de amor que quedaron plasmados para siempre en tu camiseta:
“Music loves me” –decían con unas letras muy grandes-. Que era lo mismo que
decir: “Mi abuelita me ama”. Pues claro, ¿cómo no va a amarte la abuelita si se
deshace literalmente por ti, solamente por ti y nada más que por ti?
-¿Estás celoso, abuelito?
-Por supuesto, muchacha, desde que
tú apareciste en nuestras vidas, la abuelita me ha reducido mucho los caramelos…