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domingo, 29 de enero de 2017

Queridos trabajadores


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


Queridos trabajadores:

No hace mucho tiempo que cierto empresariado paternalista, tal vez con buenas intenciones, pero también con elementales comidas de cerebro, pretendió que los trabajadores se sintieran parte integrante de las empresas para las que trabajaban. O, dicho de otro modo, que sintieran a esas empresas como suyas. Y es cierto que ganaron algunas voluntades, sobre todo de cargos intermedios con visos de prosperar y con determinados alicientes compensatorios. Lo que quiere decir que, en la eterna disputa empresa-trabajador, por interés propio, se pusieron de parte de la empresa. Los trabajadores sin rango ni proyección, con menos alicientes y perspectivas,  fueron más escépticos, pero acaso se quedaran con la copla de que si uno se siente implicado en la empresa para la que trabaja, está dispuesto a soportar un sacrificio mayor. Yo tuve ocasión de asistir a una de esas reuniones iniciáticas, impartidas por monitores con cursillo de oportunidad. Y les puedo decir que salí realmente hiposo y enternecido, tanto que me puse a escribir unas palabras con las que los cargos más altos de las empresas aludidas, de haberlas llegado a leer, hubieran estado completamente de acuerdo. Son estas:

sábado, 28 de enero de 2017

Encuentro en el otro


Rosa, en los últimos años 70


Encuentro en el otro

No hay más cara que tu cara,
no hay más cuerpo que tu cuerpo,
no hay más ojos que tus ojos
y si los hay no los veo.

Eres alma de mi alma,
contrapeso de mi peso,
dimensión de mis sentidos,
mi voluntad, mi deseo.