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miércoles, 27 de julio de 2016

La Caleta, Villajoyosa: playa, oasis y residencia de monstruos


Playa de la Caleta, Villajoyosa. Foto M Estrada

La Caleta, Villajoyosa: playa, oasis y residencia de monstruos

De la playa de La Caleta tengo algunas fotos más o menos bonitas. Esta que hoy os dejo es sin duda una de las mejores. La Caleta es exactamente un oasis y, como todos los oasis, está lleno de palmeras con inflorescencias y dátiles. Incluso hay césped y mar. Nada me extrañaría que, en las noches de verano, las nereidas se acercaran a tomarse un merecido descanso. Falta un par de camellos y cuatro o cinco tuaregs ataviados con chilabas coloridas y vistosos turbantes. Y cuando digo camellos me refiero a los animales de cuatro patas. Porque camellos de dos patas se pueden encontrar en cualquier sitio, incluso en un lugar tan hermoso como este.

sábado, 23 de julio de 2016

Arbolillo



El Charco, Villajoyosa. Foto M Estrada


Es verdad que nuestra literatura está llena de árboles, como no podía ser de otro modo, ya que, en términos generales, hemos vivido siempre entre ellos. El problema es que en determinadas regiones españolas, especialmente del Sur y del Este –y siempre según los entendidos- está empezando a oler a desierto. Y esto es algo por lo que debiéramos estar preocupados. ¿Lo estamos? Yo sinceramente lo dudo.
 
Arbolillo

-Arbolillo del campo:
¿dónde está el ave
que se posa en tus ramas
para cantarme?
¿Dónde fue el pajarillo
de alegre cante?

jueves, 21 de julio de 2016

Los montes hay que merecerlos despacio


El Puig Campana. Vista desde El Charco, Villajoyosa 


Los montes hay que merecerlos despacio

Las prisas por llegar a la cumbre no suelen ser  buenas consejeras. Esto lo aprendí de una experiencia en el Salvaguarda, Benasque, monte señero que separa España de Francia. Éramos jóvenes aún, pero los niños lo eran más y aceleraban el paso. En un momento concreto superamos a una pareja de montañeros compuesta por un señor mayor y un chico muy joven. Iban a ritmo de bypass, naturalmente. Y como vieron que nosotros corríamos con la alegría de los principiantes, el señor mayor nos dijo: “Anda como viejo y llegarás como joven”. Pero nosotros seguimos a lo nuestro y les dejamos en los vagones de cola. Tengo que decir, no obstante, que antes de llegar a la meta nos alcanzaron, pero ni ellos se cargaron de razón ni nosotros entendimos el hecho como una derrota. La disculpa la encontramos en los niños…

martes, 19 de julio de 2016

Una casa desvencijada


Casa situada en El Charco, Villajoyosa. Foto M Estrada


Una casa desvencijada
El Charco, Villajoyosa

Manuel Mújica Lainez (1910-1984) tiene un libro soberbio cuyo título es Bomarzo. Se sitúa en el Renacimiento italiano, por si a alguien le interesa leerlo. No obstante, y a pesar de lo dicho, el autor declaró en alguna entrevista que su mejor libro era “La casa”, que trata sobre la decadencia de una clase social argentina. Yo he leído ambos libros y difiero de esa opinión. Es cierto que “La casa” es un libro imaginativo, creativo y poético, pero Bomarzo es uno de los mejores libros que uno pueda echarse a los ojos.

viernes, 15 de julio de 2016

Conflicto entre una farola y un foco


Chiringuito del Eurotenis, La Caleta, Villajoyosa. Foto Mariano Estrada


Conflicto entre una farola y un foco
Chiringuito del Eurotenis, La Caleta, Villajoyosa

Yo creo que la farola alumbraba el espacio de las flores y no le quedaba energía para lo demás. Por eso pusieron el foco, para que alumbrara el espacio de lo demás. ¿Y qué era lo demás? El chiringuito del Eurotenis, La Caleta. No se llevaban muy bien porque la farola, sin ser excesivamente atractiva, entonaba muy bien con las plantas y las flores, mientras que el foco, que era un armatoste funcional, se esmeraba en ser deslumbrante y pragmático.
-¿Ves? –le decía a la farola-. Si no fuera por mí, las camareras chocarían con los clientes, les echarían encima los caldos y estos se irían sin pagar y con las botas puestas.
-¿Y a mí qué me cuentas, artefacto feo? Esa es una más de las estupideces humanas. Yo prefiero que resplandezca lo verde.

sábado, 2 de julio de 2016

El cactus y la piedra de afilar



                                                         Montiboli, Villajoyosa 


El cactus y la piedra de afilar
Montiboli, Villajoyosa

El cactus se aproxima a la piedra con la idea de afilar sus espinas, pero la piedra le dice: “¿No ves que estoy en desuso, renacuajo? Ahora me tienen de adorno en un jardín. Y está bien, porque no sufro desgaste ninguno, pero es tan aburrido y tan tedioso que a una, al final, se le entontece el alma. ¿Que una piedra de afilar no tiene alma? Ya lo creo que sí. Yo he tenido tiempos de mucha agitación y mucha chispa. ¿No es eso el alma? No veas los calentones que llevaba en el cuerpo. Lo que ocurre es que ahora me han vuelto sedentaria y tranquila. Y francamente inútil, como ves. Pero la procesión va por dentro…

viernes, 1 de julio de 2016

Una flor en el Paraíso… de Villajoyosa



                                                                     Fotografía tomada en el Paraíso de Villajoyosa


Una flor en el Paraíso… de Villajoyosa

En uno de mis paseos nocturnos por el Paraíso de Villajoyosa, me encontré con esta flor que, en medio de la noche, exhibía una belleza rotunda y solitaria. Es una flor abundante, pero ella estaba sola en la penumbra. Por lo menos en un radio de 20 centímetros.
-¿Qué haces ahí, flor de terciopelo? –le dije.
-¿De terciopelo? –me contestó-. ¡Qué cursi y qué ñoño! Yo soy una flor, no una cortina o un vestido.