Bosque de robles, Velilla, Muelas de los Caballeros, Zamora. Foto: FMedrano
El árbol y el futuro
Esta
es la ley:
plantaremos
un árbol
en
el bosque maltrecho
de
nuestros días
y
ocuparemos un espacio
en
el templo de la respiración,
que
es un bien esencial,
telúrico
y sagrado.
A
partir de este instante,
los
árboles serán nuestra esperanza.
De
ellos penden las ramas y las hojas,
los
nidos de los pájaros,
la
primavera, la fertilidad,
y
nuestra propia sangre.
No
hay otra luz para nosotros
que
aquella que procede
de
la resurrección del pensamiento
y
del empuje irrefrenable
de
nuestras voluntades,
de
nuestros hombros y de nuestras manos.
Mariano Estrada
No hay comentarios:
Publicar un comentario