Ensoñación
Determinadas
estampas
del pasado
nos
recuerdan que fuimos
mariposas
desentendidas
derramando
felicidad
sobre
las flores.
Y
cerramos los ojos
a
la cernida luz del alba
para
dejarnos
penetrar
por la ilusión
entreverada
de la fantasía.
La
miel del inconsciente
nos
seduce de nuevo
con
sus dulzuras imperecederas
y
nos hace flotar
entre
espejismos de pasión
y
de placer.
El
artificio es tan real
y
tan potente
que,
al volver a la pena
de
la resurrección,
la
vida nos recibe
con
sus aires más puros y serenos.
Y
ya cuando el pasado se diluye
en
las luces del día,
el
corazón se felicita
por
la profunda complacencia
de
los sentidos.
Desde
ese mismo instante,
la
vida se resuelve en el deseo
inmarcesible
de
volver a soñar.
Mariano Estrada
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