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domingo, 5 de mayo de 2024

A mi madre, con un recuerdo vivo

 

Mi madre y yo, cuando éramos jóvenes

 

A mi madre, que se fue hace 29 años y sigue ocupando un espacio en mi corazón.

Fluye de lumbres recordadas
un sahumerio de amor, un vaho
dulce que brota en la ceniza.

 

El reflejo

 

Retomo la niñez
para subir al caudaloso

planisferio de la inocencia

-lugar donde la noche es un regazo

en que se ahorma el día-,

y allí se me abre el cáliz del amor,

su innumerable espora o

el alba incontenible de los sueños.

 

Sobre las losas de pizarra,
el alma reproduce

esta visión del patio:

escaños, abalorios, tizas...,

cosas que inundan el perfil

borroso de una gran rayuela.

 

Detrás, en las profundas
alcobas de la casa,

la leña del hogar, el dulce

aditamento de la risa,

la pátina del beso, la amorosa

caricia de una extensa madre...


¿Madre?
¿Quién habita la casa sino el pálido

reflejo de una triste luna?

 

Mariano Estrada
Del libro Hojas lentas de otoño (1997)

 

2 comentarios:

  1. Es precioso, Mariano, qué amoroso y evocador, y más en un día como este. Todas las madres podemos sentirlo como propio. Gracias!

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  2. Gracias, es verdad que en este día todas las madres convergen en una. Tal vez por eso decimos El día de la madre. Felicidades y un fuerte abrazo.

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