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sábado, 1 de noviembre de 2014

La herencia

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La herencia

¿Quién acepta esta herencia de dolor,
este legado
de íntimas derrotas?

¿Quién acepta el aliento
de una mano de frío?

¡Oh!, lábiles palabras, lenguas
de pura inmediatez,
voces de ímpetu y ahogo.

¿Por qué ponéis el dedo
en las pasiones últimas,
la mueca en el metal,
los ojos en la lágrima somera?

¿Habéis purificado el sentimiento
en espacios de luz, en campos
de sol y mediodía?

¿Habéis dado a los pies
la horma del pasado,
la andadura constante del camino?

¿Reconocéis el pan, el peso
justo del grano y de la paja?
¿También reconocéis la levadura?

Entonces, grávidas palabras,
estáis viendo al amor: ¡ésa es la herencia!
¿Qué importa que esta lluvia triste
azote vuestras sienes
con vapores de lástima y zozobra?

Del libro Hojas lentas de otoño, premio Ciudad de Torrevieja 1997

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

2 comentarios:

  1. Hola Mariano, me parece un poema de los que te llevan a interiorizar las emociones, sobre todo las negativas y saber mirar más allá y reconocer la esencia de las cosas valiosas que a lo mejor las tenemos a nuestro alrededor más inmediato pero solo sabemos quedarnos instalados en esos versos que tú escribes como la lágrima somera, la mueca en el metal. Si reconocemos el amor que nos rodea en nuestra vida, estamos salvados, nuestra verdadera herencia de acuerdo con tu poema, Muchas gracias por estas lecciones de filosofía que transmites a través de tu poesía culta y delicada,

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  2. Hola, María Pilar: como sabes, el libro al que pertenece este poema fue escrito a la muerte de mi madre. Quiero hacer esta observación para indicar a los posibles lectores que el amor al que me refiero en el poema y que tú has destacado como tabla de nuestra salvación, es ese amor grande que profesamos a nuestros progenitores y, por extensión, a la familia y a las personas que nos rodean, que es la mejor forma que tenemos de amar al mundo. Tu interpretación es muy correcta. Y, en todo caso, ya sabes mi opinión a este respecto: una vez que sale de las manos del autor, el poema ya es de los lectores. Gracias y un abrazo

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