¿Dialogar o morder?
El imposible coloquio de los sectarios
Las
palabras rebotan en la piel
encallecida
de los contendientes
como
balas de goma
en
un cristal blindado.
Porque
la piel de nuestros días,
además
de insensible,
es
de porosidad impenetrable.
De
ahí que las tertulias
radiofónicas
o televisivas
se
acaben convirtiendo en lo que son:
incursiones
violentas
en
los espacios de la yugular.
No
vale el argumento.
No
vale la razón ni la verdad.
Solo
vale el rugido
violento
de las vísceras,
esas
fieras de dientes afilados
que,
enloquecidas y rabiosas,
salen
de las cavernas
intestinales
siempre
dispuestas a morder.
Digámoslo
bien claro:
para
deshonra de la humanidad,
este
es el modo en el que ahora
se
suelen dirimir las diferencias:
a
mordiscos, bocados, dentelladas…
Son
excesos verbales, ciertamente.
Pero
poco nos falta
para
emprenderla a puñetazos
a
discreción.
Y
el puñetazo a discreción,
¿no
es el preludio de la guerra?
Pues bien, ahora
decidme que
exagero…
Mariano Estrada
del libro Al dictado del ánimo, que se presentará el 25 de abril
Hola, Mariano ! Cualquier parecido con la realidad argentina...Es calco y coincidencia con cada una de tus apreciaciones. ! Y cuanta más violencia se exponga, más * valientes * se sienten los oponentes. ¡ Miserias humanas ! Abrazos. Victoria
ResponderEliminarEn mi opinión sectarios son todas aquellas personas o asociaciones organizadas que quieren destruir el bien común como por ejemplo la naturaleza y sus valores y otros como el bienestar y la dignidad humana...
ResponderEliminarNo podemos ser sectarios los que defendemos dichos valores con argumentos éticos, válidos o justificados.
Las consignas infecciosas se propagan por redes sociales; al tiempo, pero me veo venir una catástrofe humana.