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Hoy, 18 de noviembre, es el quinto aniversario de la muerte de Pablo Climent Davó, padre de Martina.
Era una persona entrañable y nosotros le recordamos con verdadero cariño. El poema que dejo más abajo pertenece a un libro que es suyo y de Martina.
Nada se pudo hacer
Detrás de cada vida hay un misterio,
pero ningún misterio explica
tu inesperada muerte.
Te partió de un sablazo
la sinrazón.
Te mordió por sorpresa
la serpiente de lenguas venenosas.
Te cayó por azar
el rayo que engendró la desventura.
La gravedad tiró de ti
con la violencia despiadada
de las ejecuciones.
Y una gran sanguijuela,
que andaba por el mundo sin destino,
perforó con acierto
el frágil envoltorio de tu sangre.
Nada se pudo hacer, querido Pablo,
sino llorar tu muerte.
Mariano Estrada
Del libro El árbol abatido (2020)
Buen día, Mariano. Cuando se versea la muerte, las palabras tienen un sabor amargo por más poética que se les imprima. Y es que la congoja, traspasa cualquier rima, y el dolor manda y prevalece. A la distancia, participo de este recordatorio y me uno a vuestra familia, con un abrazo largo y afectuoso, que cruce el océano y llegue a España desde Argentina.
ResponderEliminarVictoria
Hola, Victoria: el desgarro que produce una muerte cercana es inevitable, y más si hay por medio una niña de 5 años que se deshace en lágrimas. Por otra parte, el libro está escrito en caliente. Con estas premisas, el dolor tiene que sobresalir por encima de los poemas. Gracias por tu precioso comentario. Un fuerte abrazo desde Villajoyosa.
EliminarQue triste y hermoso puede ser el recuerdo.
ResponderEliminarSe nota que son de el corazón donde sales estos versos
Hola, Anónimo: el dolor se mitiga con el paso del tiempo y en el recuerdo queda lo mejor. Gracias y un abrazo
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