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domingo, 10 de octubre de 2010

La resistencia




Fotos tomadas de internet sin ánimo de lucro
  



















La resistencia

Ayer,
mientras llegaba el ascensor,
me dijo mi mujer:
No puede ser, mi amor,
tanto comer, tanto beber...
eres algo mayor,
¿has ido ya al doctor?

Y yo dije que sí, que sí,
que sí, que sí, que sí, que sí...
Y así se complació y
 me complací.

¿Y qué te recetó?
-dijo con ciertos aspavientos-
Pero yo no perdí la compostura
y respondí:

Cordura,
o sea, precaución.
Y aparte de unos diez medicamentos,
nombró determinados alimentos,
que se encierran en dos:
el bueno la verdura,
el malo el salchichón.

¿Y el feo?
Ése, digámoslo en hip-hop:

Pescado sí, chorizo no,
tortilla a la francesa,
espárragos y col.

No fumes plus, no bebas more,
olvida los mariscos
que dan colesterol.

Como saben los viejos
las grasas y los dulces, lejos.
Las tentaciones, fuera…

¿Y  la ternera?

¡A la basura! -dijo el cura-
tan sólo por comer de la asadura.

Consuélate con te,
con te, con te, con te, con te...
Convéncete con te,
con te, con te, con te, con te...

Mujer,
pero a la hora de comer
¿ni un vinito de Rueda?

Ni medio tan siquiera.
La dieta es un deber
que no puede saltarse a la torera.
Ya me tienes a mí
aquí, aquí,
aquí, aquí, aquí...
para apoyarte en lo que fuera
o fuese menester.

Adiós doctor,
-le dije a mi mujer,
mientras dejaba el ascensor-
Y, ardiendo de placer,
corrí hacia la nevera...

En la nevera había,
desde la hora del almuerzo,
vino tinto del Bierzo,
una cerveza fría,
un cava de primera
y un espléndido queso de Castuera.

Después un whisky doble
logró que me sintiera
tan fuerte como un roble.

¿Café, señor?
Pues sí, feliz idea.

A cierta edad, doctor,
la contención es buena,
y su consejo noble.
Pero una noche loca
¿a quién le viene mal
para endulzar la boca?

Y tras cenar
calamos en un bar
de gran ambiente,
había mucha marcha, buena gente
incluso alguna diosa
de carne elemental, ornamental,
sublime, fulgurante, escandalosa.
¿Escandalosa, pibe?
No pares, sigue, sigue,
no pares, sigue, sigue…

Y yo me vi capaz
de cualquier cosa:
amar, querer...
emborracharme de placer
y contemplar la rosa.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

16 comentarios:

  1. Hola, Carlos:
    Gracias por esa risa cómplice.
    Deseo mucha suerte para tu libro "El silencio imaginario". Que tus ilusión se vea refrendada por el éxito. Un abrazo

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  2. Ya sabes, Mariano, que yo hago caso a tu doctor: No esperes que te invite a más que un café, aunque eso sí, de siete horas.
    Un abrazo

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  3. Ave, Andrés, morituri te salutant... ¿Cómo está el gran actor que llevabas dentro y no nos habías enseñado jamás? Conocíamos tus dotes literarias y musicales, pero nada sabíamos de las relacionadas con el séptimo arte...Un abrazo a tus compañeros y compañeras. Y a Chema, y a Josemari y Javier Muñiz y a Manuel Centeno y a...Y a toda esa camarilla con la que te juntas para tomar prieto picudo en el Húmedo..
    Un abrazo

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  4. Creo que este doctor te ha acabado de volver loco!!, este 'poema' está a medio camino del rap y de la copla farmacológica (nueva modalidad lírica), al menos me he reído un rato y me queda claro, que por muchas visitas al médico que hicieras, te arreglarían a ti, y menos mal, porque yo te quiero así de 'tarumba'. Te dejo un abrazo anónimo.

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  5. O sea que quieres verme "locatis". Tomo el significado de "tarumba" que más me interesa. Con ello descarto el de trastornado, que me acercaría peligrosamente a lo que antes se llamaba manicomio. "Locatis" me he autollamado yo a menudo y es como si me encaramara al "peñín peñatis" de la niñez, donde estaba el "cabrín cabratis" del atolondramiento y la libertad, con la cornamente y eso aleluya.
    El rap puede tener aún un recorrido. La copla farmacológica tiene menos futuro que la yenka. Te lo digo yo, que he bailado la yenka sobre la rama de un roble.
    Gracias y un abrazo

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  6. Me rei a gusto Mariano.Esto es como el que va al medico y le dice, ni beber ni fumar ni ........ nada. Bien DOCTOR asi vivire mas? le contesto NO pero parecera mas largo.

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  7. Muy divertido. Y es que a partir de una determinada edad a todos nos van diciendo lo mismo... y vas dejando una cosa, luego otra y otra hasta que llega el día que frente al médico uno piensa: el día menos pensado se le va ocurrir aconsejarme que deje de respirar.
    Muy bueno el comentario de Chus.

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  8. Hola, Chus: muy bueno el chiste. Gracias por esa risa que te ha provocado el poema. Porque de eso se trataba, de hacer reir un poco. O sonreir al menos. Un abrazo

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  9. Hola, Alma en verso: me alegro de que te haya gustado. Y sí, refleja un poco la situación de mucha gente que al ir cumpliendo años se le van cerrando puertas. Es lógico que los pacientes las abran de vez en cuando, aunque tenga que ser a escondidas. Un abrazo

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  10. Mariano
    Que bueno es tu doctor,yo me cambiaria a él si pudiera.
    Un abrazo
    Alberto Antón

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  11. Hola, Alberto:
    Parece divertido, ¿verdad? Pues ya te digo yo que lo es. De hecho, yo estoy todo el día deseando que me ponga objeciones: esto no, esto no, esto no... ¿Para qué? Para transgredirlas. Porque ahí está realmente lo divertido...jaja
    Un abrazo

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  12. Mariano, Poeta Amigo...Sí, me encannntó de verdad el buen humor en tu poesía.
    Pero, pocón, pocón las prohibiciones!!!.
    Hay que ser mesurado en todo, pero no limitado en todo, mejor en nada. Me imagino querer comer, beber algo y no hacerlo te pone mal.Aunque sea, un poquititito muchO, no te enfermarás!!!.
    Hazme caso!!!Te habla la voz de la experiencia.

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  13. Hola, Celina: gracias por tus desvelos. Pero ten en cuenta que el protagonista de mis poemas no siempre soy yo, o no lo soy del todo, o lo soy de manera tangencial y compartida. Yo estoy muy bien, gracias, y no tengo los problemas que se relatan ahí...¡Todavía!
    Un fuerte abrazo

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  14. ¡Ay, qué risa, Marito! Me troncho y retroncho.
    Me he divertido un rato largo leyéndote. ¡Eres genial!
    Hala, cuídate mucho, hombre, pero disfruta también de la vida, que sólo tenemos una!! Besos (con medida... :-))

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  15. Pues mira, Lidia, el sábado 29 fuimos a comer con unos amigos a un restaurante de Finestrat (que está en un paraje precioso, por cierto). Cuando volvimos a casa eran casi las siete de la tarde.
    Pues bien, a las 9 quedamos con otros amigos a cenar...¿Crees que comer cada dos o tres horas no es "disfrutar de la vida", jaja. Claro que si disfrutas demasiado y demasiado a menudo, luego tienes que machacarte con caminatas de "aquí te espero comiendo un huevo". Todo tiene su peso y su medida, como requieres tú para los besos. En cambio yo, ya ves, los besos los quiero desmedidos. A tutiplén, a esgaya, por un tubo...
    No sabes cómo me alegra verte por aquí.
    Un abrazo proporcionado (yo me acomodo a tus proporciones y tú a las mías)

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