Una mirada por el
retrovisor. Quinta parte
Frases y versos
jirones de la vida 15
1.- Consagración de la primavera
En esa enfermedad en la que estamos, entre empujones atropellados y
acuciantes vértigos, se ha difuminado una parte de nosotros. Pero nos sigue
quedando la palabra, como a Blas de
Otero, y con ella consagraremos nuevamente la primavera, que es la estación de
la vida, para lo cual nos apoyaremos en
primaveras ya consagradas: la de Strawinsky, que es música venal y sensitiva,
la de Alejo Carpentier, que es verbo polinizado y generoso compromiso, la de
Vivaldi, que es la savia madre de un año intemporal, musicalmente magnífico, y
la de Zóbel, que además de imagen
sencilla y multiplicada sugerencia, es la yema de un árbol en un campo profuso
de floración y transfiguraciones. (1999)
2.-
Reflexión ante un amanecer
Como una brisa fresca del invierno mediterráneo,
de oscuros horizontes ha venido el alba.
En sus labios desnudos, gruesos de música y silencio, ha colgado el tiempo una palabra eterna. Es
el verbo solar, el cáliz más hondo de la
flor o nombre inacabado de la rosa. (1996)
3.- El misterio de Ausentia
Ausentia es la conjunción de las estrellas en un lugar sin
espacio definido ni tiempo determinado. El fue, el es y el será. El pensamiento
que se antepone a todas las filosofías. Ausentia es la luz y la sombra, el yin
y el yan, el equilibrio y el desvanecimiento. Ausentia es el misterio que,
aunque lo llevemos con nosotros, no se deja nunca atrapar. (2012)
4.- Las manos
Yo te ofrezco las manos para que sean servidumbres de tu
piel y logren con sus dedos la constante recreación de la caricia. (2006)
5.- Los
poetas de la diferencia
Hace poco tiempo, y creo que con escasa fortuna, hemos asistido al
bautizo de un grupo poético cuyos componentes no han tenido reparos en llamarse
a sí mismos "los poetas de la diferencia". ¿Es que la diferencia ha
calado tan hondo que hay que hacer farallones para albergar la minucia? Hasta
ahora, y gracias a la machaconería de un tópico, sabíamos que España era, en
efecto, diferente. Además, desde el punto de vista del poder -acaso de la
orientación, del patrimonio y de la guerra- se aceptaba que había dos Españas,
una de ellas de hielo. Hoy sabemos que hay Españas tribales, cantonales,
forales, centralistas, periféricas,
autonómicas, separadoras, separatistas,
federales, nacionalistas, idiomáticas, autodeterminativas... Claro que,
detrás de la frondosidad, como un mármol
de pena y mausoleo, puede estar esa España de charanga y pandereta, cerrado y
sacristía, que, al parecer, es nuestro vínculo más firme, nuestra unidad más consistente, nuestro posibilismo
más lógico. (1996).
6.- Quijotes
¿Qué nos queda ya de la famélica montura que nos vio ser intrépidos
quijotes, sino el hambre? ¿Qué nos queda del delirio apasionado por el que
fuimos una vez conquistadores de fantasías? ¿Y del sueño puro de amor, la
andadura rutilante tras la sombra vaga que se llamó Dulcinea? (1985)
7.- ¿Se puede
vivir al margen del sistema?
Yo he tenido la suerte de conocer a algunas personas sensibles con las
que no ha podido el vórtice desaforado del mercantilismo y la prisa. Claro que fuera
de ese espacio trepidante o vertiginoso, el equilibrio es harto difícil. Y es
triste pensar que las opciones son realmente escasas: no puedes ser a la vez
Quijote y Sancho. O eres Sancho del todo o eres totalmente Quijote. (1996)
8.- Mayoría
de edad
Querida Patricia: esos
leves momentos, en los que has compartido con nosotros tus rabiones de
felicidad -que son las aguas espesas de
18 julios consecutivos-, han sido bastantes para llenarnos de dicha. Que estas
líneas preserven la memoria de este día hermoso
en el que tu complacencia y la nuestra han brindado juntas a las puertas de tu
mayoría de edad. Y que un largo futuro, tras el pertinente nubarrón y la aridez
cotidiana, resguarde para ti numerosas
lunas de gozo. (1996)
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
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