Buscar este blog

jueves, 2 de noviembre de 2017

A punta de tenedor. Lalo F. Mayo y M. Estrada


Lalo y Mariano


A punta de tenedor. Lalo F. Mayo y M. Estrada

Vino desde Málaga con su mujer -y también con una perra preciosa y un coche de altura- a presentar el libro La magia de lo auténtico, de cuya edición es responsable. Se llama Lalo Fernández Mayo. Es leonés, como Ordoño II, y, al igual que este –aunque de una forma pacífica-,  ha sido rey en Galicia durante mucho tiempo. Y allí, en la patria de Rosalía de Castro y de Álvaro Cunqueiro, ha dejado su impronta en el periódico La Voz, que es el tercero de España en lo que a difusión se refiere.

     Ahora vive en Málaga porque a su mujer, que es médico y andaluza, le han concedido el traslado después de las peripecias y azacaneos correspondientes. Como está prejubilado y dispone de tiempo, ha decidido invertirlo -y realmente lo invierte- en lo que más le ilusiona y más le tira, que es la zanahoria de la edición. Él dice que es editor ocasional a título gratuito, ya que el Estado prohíbe expresamente los complementos dinerarios a los que un día se han de jubilar con todos los derechos y con todos los honores, incluida la decadencia corporal y el cien por cien de la paga.

     En Villajoyosa se encontró con Mariano, el autor de ese libro que vino a presentar y que él diseñó con tanta brillantez y tan exquisito gusto. Y ahí están los dos, en primera línea de playa, en el bar Madrid, con el tenedor en la mano y la sonrisa en los ojos y en la boca, a punto de hincarle el diente a esa tentadora paella que asoma tímidamente la patita. Ellas, las dos Rosas, estaban enfrente con la batuta en la mano y a punto de dar el pistoletazo de salida.  Empiecen, por favor, coman y no dejen ni un grano, ni siquiera los que suelen reservarse para la siembra, porque esos ya están depositados en los frondosos territorios de la amistad, que tienen sede en el alma.

     Bon profit a tothom

     Mariano Estrada, Villajoyosa, 01-11-2017

2 comentarios:

  1. Momentos eternizados en tu bellísimo relato. Abrazote.

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, Sofía, son momentos que la memoria de algún modo eterniza para que siempre los recordemos. Gracias y un abrazo

    ResponderEliminar