Tomada de internet sin ánimo de lucro
Noche sin luna
Por donde saltan los gatos
me deslicé de rodillas.
la noche andaba sin luna
y, más aún, sin bombillas.
La luz quedaba por dentro,
tras la ventana encendida;
y dentro tú, como novia
para el amor ofrecida.
Pero los ojos de un gato,
acaso solo imaginan
cuando las noches sin luna
tampoco tienen bombillas.
Con una luz solitaria,
que ciegan bien las cortinas,
un gato, por más que quiera,
no puede ver, sólo mira.
Entre las luces del alba,
la sombra se desleía;
dejaba el gato tu casa,
entraba el hombre en la mía.
Del libro Poecanciones de amor (2013)
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