Kiev: la hermosa ciudad que ahora vive asediada
La Historia, la humanidad, la cultura, el arte… ¡La vida! Todo ello a tiro de una
bomba.
Hace
16 años que Rosa y yo estuvimos unos días en “La casa de los niños”, donde
fuimos alojados con una hospitalidad exquisita. Kiev es una ciudad monumental
y, como es lógico, nosotros nos dedicamos a visitarla. El Monasterio de la
Lavra, en el que invertimos un día completo, fue una de nuestras primeras
visitas. Dejo aquí la crónica que escribí aquella misma noche con una máquina
que tenía las teclas bilingües. Era la máquina de Antonia Estrada, mi hermana, que hace
unos días ha tenido que ser evacuada junto a sus compañeras María Jesús Cerro y
María Mayo por culpa de una guerra ignominiosa que no tiene ninguna justificación.
Ahora están trabajando para traer a sus niños a España. De hecho, ya han
enviado a Polonia una furgoneta y un par de autobuses. Sería hermoso que
pudieran traerlos a todos, y más hermoso aún que pudieran volver a llevarlos, porque
ello querría decir que había terminado la guerra y se iniciaba la reconstrucción
y la esperanza.
Marzo de 2022
El monasterio de la Lavra.
Crónica 1
Al monasterio de la Lavra se llega por una avenida de castaños que desemboca en
una plaza-balcón donde hay un obelisco a la memoria de los muertos de la
segunda guerra mundial, custodiada discretamente por el fuego eterno. Quiero
decir que en la base del obelisco hay una llama discreta que no se apaga jamás.
Desde aquí, el panorama es realmente
magnífico. Además del río Dniéper, en toda su anchura, se ve parcialmente el
Monasterio de la Lavra y una masa de árboles impresionante por la que en
Canarias darían lo que no se puede mentar, que lo calcule Natalia, porque creo
que ella me entiende muy bien. Solo me queda una pena, y es que este hermoso
paisaje, ante el cual me desnudo y me arrodillo, no pueda verlo en otoño, un
otoño del que, por más que imagine el esplendor, tan solo hay unos leves
indicios…
El Monasterio de la Lavra es conocido
como “la madre de los monasterios rusos”. Y yo me alegro mucho de que haya
madres y madres, porque aún está tierno el recuerdo de la cercana guerra del
Golfo, que, siendo madre también, lo fue de todas las guerras.
El recinto es una enorme extensión de
terreno en el que se ubican varias iglesias, una catedral, una fortaleza, dos
impresionantes catacumbas con sus muertos momificados y un puñado más de relevantes
edificaciones, donde no solo no hay polución, sino que se respira materialmente
la paz. Pero no la paz que sucede inmediatamente a la guerra, sino la paz que
necesitamos nosotros, los precipitados occidentales, para acallar tanto grillo
revuelto en el interior de nuestras conciencias. En primer lugar, no hay
coches, en segundo lugar, no hay ruidos. En tercer lugar, no hay perritos
calientes… Lo que hay es un profundo silencio por el que se mueven
respetuosamente los turistas con sus cámaras en mano, dispuestos a llevar a su
casa un reflejo de la belleza.
De vez en cuando un monje con su
apariencia sencilla, sus sandalias, su sotana oscura, que está muy alejada de
los patrones estéticos de la actualidad, incluida la ucraniana, y un halo
intimista, tal vez un aislamiento espiritual del mundo que los contiene y los
rodea. Pecherska Lavra. Iglesia de la Santa Trinidad, Iglesia de Todos los
Santos, Catedral de la Dormición de la Madre de Dios. Catacumbas del fraile
Antonio. Aislamiento perfecto y refractario a la natural comprensión de los
mortales, Gran Campanario del Monasterio, Gran Muro, Gran fortaleza de la paz.
Los árboles me siguen llamando la
atención, y en el recinto los hay a montones, todos hermosos. Algunos son tan
grandes que, por encima de ellos y dependiendo de la distancia y de la
perspectiva, solo salen las torres doradas o verdes de las iglesias. Como
estaba con nosotros Germán, el cura mejicano, yo le sugerí la posibilidad de
que la Iglesia estuviera resurgiendo nuevamente, ahora como un brote de la
mismísima naturaleza. Pero era tan solo una maldad porque, siendo él católico,
¿iba a hacerle gracia el florecimiento ecológico de la Iglesia Ortodoxa? Rio la
gracia, y lo hizo con sinceridad. Porque es un cura bueno. Tan bueno que yo no
lo veo como cura…
También rio Marina, que es nuestra
guía inestimable y tal vez un tanto desaprovechada e inmerecida, porque ella se
empeña en enseñarnos lo muchísimo que sabe del Monasterio, mientras nosotros,
como niños, a veces nos ponemos a chistear o a perseguir fotografías emulando a
nuestro amigo Fernando Medrano. Rosa nos llama la atención, pero Marina tiene
más paciencia que el labrador que espera la lluvia. En cuanto a Jesús, el
fotógrafo vasco, le hace fotos a todo, y no desperdicia la oportunidad de
fotografiar a las chicas ucranianas que no solo se arreglan cantidad, sino que
también son guapísimas. Esbeltas, cuerpidivinas,
ojipreciosas…
Antonia no nos ha acompañado porque,
además de que tiene mucho que hacer, ya ha visitado el Monasterio unas cuantas
veces. Solo se ha perdido los chistes. Es decir, nada, porque eran todos muy
malos.
Kiev, 03-09-2005
Gracias Mariano por ese comentario tan preciso del monasterio de Labra. En el año 2011 también tuve la oportunidad de poder visitarlo. Hicimos un precioso viaje desde Kiev hasta Odesa en un pequeño barco. Tengo un maravilloso recuerdo, así que estos días sufro de manera especial. Me alegro de que tu hermana se encuentre bien y fura de peligro. Recibe un abrazo cariñoso. Soy antiguo alumno de La Virgen, de ahí que me acerque de vez en cuando a tu blog que lo considero un acierto en literatura.
ResponderEliminarHola, Carlos: iba a poner tu apellido, pero me he echado atrás por miedo a equivocarme, aunque no lo creo. Me alegra verte por estos pagos. Y me alegra también que hayas estado en el Monasterio de la Lavra porque, por bien que se describa, no es lo mismo que verlo y patearlo. Hice otras crónicas de la Ciudad,porque toda ella es hermosa, y todas las ecribí en esa máquina de teclas bilingües,por la noche, cuando llegábamos de recorrerla. Nunca me hubiera podido imaginar que iba a estar asediada por esta repugnante maquinaria de guerra. Deseo que esto acabe pronto y de la mejor manera posible.
ResponderEliminarEstos días estoy en contacto con algunos compañeros del colegio,a los que naturalmente conoces. ¿El motivo? La publicación de mi próximo libro. Falta poco para que salga. Un fuerte abrazo
Buenos días, entusiasta y prolífico Mariano.Mis apellidos son Martínez Mancebo, posiblemente se me conozca por el segundo apellido, aunque tambíen tenía un mote "Cheve". No coincidimoes en León, pues yo vine de Villaba. Supongo que ambos tendríamos de profesosr al P. Lanz de lengua, al P. Tascón de Latín, al P. Jesús Martín en Arte ...Cursé 5 años de Teología en Salamanca y en esta ciudad me quedé y donde resido. Aquí me jubilé de profe de Instituto. Salí de un pueblo deprimido de la provincia de Palencia, así que tenemos casi vidas paralelas. Ya veo que no renuncias a tus orígenes zamoranos,lo cual es punto grande a tu favor. Recibe un cariñoso saludo y seguiré leyendo tus escritos y poemas.
ResponderEliminarHola, Carlos: veo que hubiera pegado un patinazo si hubiera dicho tu apellido. En todo caso, compartimos el mismo espacio y tuvimos los mismos profesores. Por cierto, Felipe Lanz fue el único que adivinó en mí algunas cualidades literarias. Teología y Salamanca son nombres perfectamente asociados. En Salamanca viví un cierto tiempo y es una ciudad que enamora. ¡Que te voy a decir a ti!En cuanto a los orígenes... Es una pena que nuestros pueblos sangren por la misma herida: la despoblación y el abandono. Gracias por tus hermosas palabras y por leer mis poemas y escritos. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola Mariano! Ya que mencionas al P. Lanz, te contaré cierta anécdota. En literatura, cuando habló de Bartolome de Las Casas a quien se atribuía la historia negra sobre España en el descubrimeinto de América, tuvo momentos de indecisión: so sabía si defender al dominico o a la gran obra eepsañola en América. Creo que se decidió en alabar la inmensa y grandiosa, según él, labor misionera del ' imperio español'. Ya sabías que defendía a ultranza el régimen de entonces. En cierta ocasión, que hablé con Andrés Trapiello, sobre el asunto, se refirió a su persona dicendo que era íntegro y consecuente. Bueno, recibe un saludo cariñoso.
ResponderEliminarInteresante anécdota, pero no sorprendente. El del P. Lanz, con las excepciones que correspindan, era el pensamiento "único" de la época. Pero de eso, entonces, los niños sabíamos muy poco, ya que éramos inocentes corderitos de la manada. Y si había alguien que desentonaba, lo misrábamos con incomprensión manifiesta. Lo que Andrés querría decir es que era "buena persona". Y, en efecto, tenía pinta de "bonoachón". Como lo sigue teniendo en mis recuerdos. Un abrazo
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