Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Mayo era el mes de las flores, en junio se segaba la yerba.
Los segadores clavaban la bigornia en el suelo y, sobre ella, con un martillo
adecuado, picaban la hoja de la guadaña. Luego le pasaban una piedra de esmeril
y esperaban la noche con los deberes hechos. Al día siguiente, muy temprano,
con un trabuco colgado en la cadera, la guadaña al hombro y el aguardiente en
el alma, salían a segar la yerba. Así empezaba el verano con sus trabajos
crudos.
Nota:la bigornia es un pequeño yunque. El trabuco es un cuerno con agua donde iba
metida la piedra de afilar.
La siega de la yerba
Lucía una cornamenta
torcida, pitón-serrada,
que le iba dando en el muslo
Llevaba dentro dos piedras:
la dulce y la esmerilada.
Al hombro el filo curvado
de la guadaña.
En una mano el botijo
y la fardela a la espalda,
con la figura del hambre
y el surtidor de la parra.
En la cabeza los piensos,
el aguardiente en el alma...
Voy a los prados, morena,
voy a las yerbas, salada.
Voy a beberme el rocío
de la alborada.
La yerba se hace baraño
con el sudor de la cara.
Un sol antiguo, muy duro,
trae una fuerza muy plana.
Afila, siega y afila,
vuelve a afilar y... ¡descansa!
¡Que alivio un trago de vino
en el final de la escarcha!
Voy a las yerbas, morena,
voy a los prados, salada,
Voy a bañarme en el río
de la solana.
Un arroyuelo de mimbres
discurre por la hondonada.
La sombra viene del cielo
para beber junto al agua.
- Provecho para el que siega.
- Salud para el que esparrama.
La tarde mira hacia el pueblo
con una sombra cansada.
La yerba duerme de un lado,
del otro duerme la cama.
Mariano Estrada
Del libro Trozos de cazuela compartida (1991)
Evocador y emotivo poema. Me has vuelto a traer imágenes, vocablos, sentimientos y hasta aromas de un quehacer veraniego de mi infancia. Hoy no queda nada de todo aquello con la pérdida de riqueza cultural consiguiente. Gracias, un abrazo
ResponderEliminarGracias, Santos: a mí me tocó segar por algún tiempo, con guadaña y con hoz. Ambos eran trabajos muy duros. De la siega a guadaña derivaban algunas hernias. Hoy es difícil de comprender este poema, porque se desconoce el trabajo que lo sugirió. El léxico no ayuda, naturalmente. En nuestro caso es distinto, porque nuestra generación todavía vivió plenamente esas tareas. Me alegro de haberte reavivado los recuerdos. Seguro que los has disfrutado. En ese motivo encuentra su justificación el poema. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEn alguna ocasión me han preguntado por el significado de la palabra BARAÑO. Pues bien, segun el diccionario de la RAE, en las provincias de León, Salalamanca y Zamora, es una "Fila de heno recién guadañado y tendido en tierra".
ResponderEliminarSegún el diccionario sanabrés, es un "Cordón de hierba que va dejando el segador".
En muchos pueblos de Sanabria-La Carballeda, en lugar de "Baraño", se utiliza más la palabra "marallo", cuyo significado es el mismo.
El autor del poema, en el momento de escribirlo, utilizó la palabra "BARAÑO" por una sola razón: le pareció más poética.
Pero no sé si importa demasiado, dado que ya son muy pocos los que conocen alguna de estas dos palabras.
Sin duda he regresado a ese olor que desprende la hieba recien cortada y la hierba bien seca para llevar al pajar, mi infancia!!!!.Gracias Mariano
ResponderEliminarHola, Amigo/a: son olores de difícil olvido. Ambos producen una dulce añoranza. Muchas gracias y un fuerte abrazo
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