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viernes, 26 de abril de 2024

Discurso de Mariano Estrada en la presentación del libro AL DICTADO DEL ÁNIMO

Patricia, Martina, Rosa y Mariano, a la puerta de Vilamuseu, Villajoyosa
 

Discurso de Mariano Estrada
En la presentación del libro AL DICTADO DEL ÁNIMO

Buenas tardes

El escritor Luis Bonmatí me soltó un día esta frase: Mariano, no entiendo cómo no te ha abandonado aún la poesía. Poco tiempo después, la escritora Espido Freire la apuntilló de esta manera: no creo que ya te abandone.

El señor Bonmatí, que es una persona ocurrente, irónica y perspicaz, supone que es la poesía la que abandona al poeta, pero hay razones fundadas para pensar que puede ser al revés. De hecho, es muy frecuente que los poetas, cuando la realidad les abre los ojos, se pasen olímpicamente a la novela. En este sentido, quizás Bonmatí debería haberme dicho: Mariano, no entiendo cómo no has abandonado aún la poesía. Incluso a riesgo de que yo le contestara con este sabio refrán: “Cuando un tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue”. Y si nos suena mal la palabra tonto podemos buscarle un sinónimo: Quijote, por ejemplo. ¿O no es don Quijote el tonto más tonto de los tontos? Cierto, si solo nos fijamos en la epidermis es un tonto redomado, un loco, un mentecato, un majadero…Pero si ahondamos un poco en la esencia del personaje descubrimos que ese tonto es el símbolo más grande que Cervantes y España le han dado al mundo. ¿Símbolo de qué? De la justicia, de la libertad… de la poesía. A mí no me importaría ser un tonto de ese pelaje.

Pero vamos al fondo del asunto: ¿Por qué un hombre de 77 años se empeña en seguir escribiendo versos? Quizás porque no ha encontrado nada mejor para convertir la fealdad en belleza, lo insípido en sabroso, lo inhóspito en hospitalario. ¿Como un bálsamo de Fierabrás? Mejor aún, como un jarabe místico que convierte en placidez las amarguras y tristezas de la vida. Quien lo probó, lo sabe.

Por otro lado, no soy yo el único que ha escrito versos más allá de una cierta edad. Hasta hace poco, lo normal era que los poetas llegaran a viejos escribiendo versos. Ahí están los casos de Vicente Aleixandre, Mario Benedetti, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Francisco Brines, Jorge Luis Borges… Por cierto, Borges dijo que “la vejez puede ser el tiempo de nuestra dicha. El animal ha muerto o casi ha muerto. Quedan el hombre y su alma”. Y es que Borges tenía la singularidad de ser a la vez ciego y vidente.

Quizás por ello pudo escribir frases como esta: “La poesía no es menos misteriosa que los otros elementos del orbe. Tal o cual verso afortunado no puede envanecernos, porque es don del Azar o del Espíritu; solo los errores son nuestros”.

Seguimos. El escritor leonés Luis Mateo Díez, académico de 81 años y Premio Cervantes 2023, ha dicho que la edad es una mentira, que la vida es incómoda y que la felicidad no existe. Pues bien, desde la incómoda mentira de mis años, quiero decir que la poesía me ha dado intensos momentos de felicidad, aunque la felicidad no exista. Y además me ha ahorrado el psicólogo. Estoy casi seguro de que el señor Mateo Díez ha tenido, como yo, momentos felices en el proceso de creación de su obra, porque el cuento y la novela son casi tan catárticos como la poesía.

¿Y qué pienso yo de la poesía? O dicho de otra forma: ¿qué es para mí la poesía? ¿Por qué no me abandona, como dicen algunos? ¿Qué tengo yo que mi amistad procura, para decirlo con palabras de Lope de Vega? Sobre este asunto he escrito muchas cosas, pero no quiero aburriros con ellas. Solo voy a abrumaros con una pequeña frase que utilicé para encabezar el libro “Gotas de hielo” en el año 2011. Dice así: “¿Y qué es la poesía, sino el don inestimable que nos permite seguir siendo inocentes?”.

Vamos a la portada. ¿Se equivocaba Gabriel Celaya cuando dijo que la poesía era un arma cargada de futuro? Aparentemente sí, se equivocaba, igual que la paloma de Alberti, pero no lo podemos afirmar con rotundidad porque el futuro es muy largo. Pueden venir acontecimientos inesperados que traigan a este mundo “guerrero” un futuro de paz. Ojalá. Por desgracia, lo único que tenemos hoy es una paloma que huye de nosotros por las esquinas. La paloma de la paz no aguanta tanta iniquidad y tanta guerra. Y se va, y nos deja... ¿Sabremos rectificar a tiempo para que no se vaya del todo dejándonos en una guerra continua, tal vez en un desolado paisaje sin figuras, como diría Antonio Gala? Por cierto, la Portada es de Lalo F. Mayo, mi editor. Y editor de La voz de Galicia durante 40 años.

Malos tiempos. ¿Tenía razón Bertolt Brecht cuando dijo que corrían malos tiempos para la lírica? No hay motivo para dudarlo, la lírica ha tenido momentos históricos mejores y peores. Y hoy corren malos tiempos para ella, necesita la mano de muchos quijotes, tal vez de muchos tontos. Sin embargo, jamás ha habido tantos poetas como ahora y nunca ha sido tan fácil publicar un libro de poesía. Eso sí, es tan fácil publicarlo como difícil venderlo. He ahí el problema. ¿Por qué no vende la poesía? Porque nadie la quiere ni regalada. Nadie, a no ser que forme parte de ese círculo endogámico en el que hoy trata de sobrevivir. Y aún es dudoso de que ahí sea realmente querida.

En todo caso, quiero señalar que hasta ahora hemos estado hablando de la poesía que se escribe, la de los libros, pero hay otra poesía, que es la que se vive, la que vive mucha gente incluso sin darse cuenta, la que todos los días se manifiesta en los ojos de un niño o de un perro, en los abrazos de los amantes, en el rostro resplandeciente de las mujeres embarazadas… O, simplemente, en la complacencia que produce el trabajo bien hecho. Visto de este modo, la poesía es una forma de vivir. Como ya sabíamos.

También podíamos hablar, aunque no lo vamos a hacer, de la poesía que nos ofrece a raudales la Naturaleza, porque ahí hay poesía para dar y tomar. Digamos que la Naturaleza, por mucho que nos empeñemos en destrozarla, es la reserva inagotable de la lírica.

En cuanto al libro que se presenta, Al dictado del ánimo, ¿aporta algo nuevo? ¿Es igual que los 17 poemarios que lo preceden? ¿Es mejor, es peor? No lo sé, lo que sí sé es que no podemos estar escribiendo siempre las mismas cosas, los mismos versos, los mismos poemas, como diría León Felipe. Tratamos de no repetirnos demasiado, aun sabiendo que lo que hacemos en realidad es escribir el mismo libro durante toda la vida. A ese libro se le puede llamar “Obra completa”. No sé si yo veré la mía publicada. De momento estoy más cerca de una selección antológica de mis versos. Tomadlo como lo que es: una amenaza.

Poco más puedo añadir, ya que Elena y Miguel lo han dicho casi todo. El libro fue escrito a lo largo de los últimos cinco años -durante los cuales publiqué otros tantos libros de diversas materias- y recoge, como indica su título, una serie de poemas que, mejor o peor, tratan de los asuntos que me iba dictando el ánimo en determinados momentos. Y como el ánimo es cambiante, en el libro hay un poco de todo. Malo ha de ser que no contenga algunos poemas aceptables, incluso buenos. Espero que el lector sepa bucear en sus páginas y quedarse con los que de algún modo le lleguen al corazón y sienta como suyos.

Termino mi intervención con la lectura del poema más corto del libro, una especie de poemino que, sin embargo, podría ser el resumen de todo lo que he expuesto anteriormente. Dice así:

La Poesía

La poesía es un fortín
contra la soledad,
y una vacuna contra el virus
del envilecimiento.

Moltes gràcies
Mariano Estrada, 25-04-2024


 

6 comentarios:

  1. Excelente discurso, Mariano ! Extracté, como para rumiarlas a mi manera, frases muy contundentes para mi propio sentir.
    Abrazo argentino y...¡ Que siga la poesía y la felicidad que ella nos prodiga ! Victoria

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  2. Muchas gracias, Victoria. No sabes lo que me alegran tus palabras, que van más allá de la amabilidad y del halago. Espero que el extracto que has hecho te haya sido útil. Que la poesía tenga un sitio en tu vida. Un fuerte abrazo. Mariano

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    1. Felicidades, Mariano, una vez más. Tienes razón: poca gente lee hoy poesía y menos aún la escribe, porque no es rentable, porque no encandila a unas masas, quizá porque no divierte ni engancha a unas gentes a las que no se ha preparado para ello y, en consecuencia, no se publicita ni se difunde como la novela. Vivimos tiempos muy prosaicos, muy encaminados a la satisfacción de necesidades materiales y caprichos. La sociedad del bienestar nos aleja de la necesidad de mirar hacia adentro, que es de donde sale la poesía. En fin, todo esto ya lo habéis dicho tú y tus copresentadores mejor que yo, así que lo que me toca es leer, oír y disfrutar. Un abrazo y sigue adelante, que nuestra edad la conocemos porque alguien ha tenido la mala idea de decirnos cuándo nacimos.

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  3. Gracias, Eugenio, comparto las palabras y las ideas que expresas en tu comentario, que es ciertamente sustancioso. Los tiempos que vivimos, y a los que tú te refieres, son prosaicos y resbaladizos. Prosaicos en la peor de sus acepciones. Persiguen la inmediatez y se han instalado en una mediocridad irreflexiva, por decirlo de una forma indulgente. Nosotros, los de entonces, tenemos pocos medios para hacerles frente. La poesía necesita muchos quijotes. A las nuevas generaciones hay que decirles cambien de rumbo, que el camino que llevamos no conduce a la belleza ni a la felicidad, sino al desequilibrio vital y a la angustia. ¿Qué es un poco excesivo? Tal vez, y nada me gustaría más que equivocarme. Yo sufro por el mundo que le vamos a dejar a nuestros niños. Un abrazo. Mariano

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  4. Comentario de Ramón Hernández al discurso de Mariano Estrada:

    "¿Se puede decir más y mejor en menos palabras? Gracias, Mariano, por un regalo que ilumina y endulza el domingo entero. Son muchos los frentes que abres y que merecen no solo el "contemplata" (gozo), sino también el "tradere" (comentario, compartir). Uno atrae especialmente mi atención, o mejor, dos: ¿no es el lenguaje también poesía en cuanto es capaz de expulsar los demonios interiores y de compartir las enormes riquezas que en dichos espacios todos acumulamos? Eso, uno. El otro es constatar que la poesía te sirve y nos sirve para demoler contravalores y construir valores no solo en la dimensión estética de la vida, sino también en las otras siete dimensiones que señala Eladio Chávarri en su genial sistema de pensamiento. La vida es poesía, la naturaleza es poesía, el lenguaje es poesía, el Quijote es pura poesía. ¿Prefiere la poesía la boca de los "tontos"? Lo que me parece seguro es que nunca se posará en la de los listillos. Aun siendo yo un prosaico de tomo y lomo, ¿cómo permitir que ella nos abandone o, lo que sería peor, abandonarla cuando, por ejemplo, para un místico, la muerte se muestra como la más excelsa revelación o inspiración poética? Gracias otra vez, Mariano, por presentar temas capaces de llenar horas y horas de asueto y gozo. Lo de menos (contravalor) es que la poesía se venda; lo de más (valor) es seguir construyéndola como acogedor hogar que endulza y catapulta la vida".
    Ramón Hernández

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  5. Hola, Ramón:

    Tu comentario es un hermoso colofón a mi pequeño discurso. Me alegro de que haya personas como tú que defienden la poesía y los valores que lleva a su espalda, a los que tú, siendo un prosaico declarado, te has referido con absoluto convencimiento. No puedo estar más de acuerdo contigo. La poesía necesita combatientes para darle un giro a este mundo que, en nuestros días, y en términos generales, tiene como norte la inmediatez y la mediocridad.
    Tal como digo en la solapa del libro, yo siempre me he sentido muy a gusto en la compañía de esta noble señora, incluso cuando alguien de ambientes muy distintos, y también muy distantes, me ha mirado no poco sorprendido para decirme: “¡Ah! ¿Pero tú escribes poesía?” Y yo le he dicho que sí, que escribo poesía, pero que también la siento y la vivo; que me acuesto y me levanto con ella y con ella me lavo y desayuno. Porque la poesía es una forma de ser, de sentir y de vivir.
    Gracias y un fuerte abrazo
    Mariano Estrada

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