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sábado, 27 de marzo de 2010

Centenario de Miguel Hernández

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


Centenario de Miguel Hernández

El próximo día 30 de octubre del presente año se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, uno de los grandes poetas que España ha dado al mundo. En Orihuela, su pueblo y el nuestro, han echado la casa por la ventana y tienen todo un año de celebraciones, incluyendo la del 67 aniversario de su muerte, ocurrida el 28 de marzo de 1942. Los actos programados son casi innumerables: conferencias, conciertos, recitales, artículos, reportajes de prensa, programas de televisión y de radio… (Capítulo aparte merece el nuevo disco de Serrat, que ha sido, y quiere seguir siendo, un gran divulgador de su obra).


A ello hay que añadir los pequeños homenajes particulares que, sin tener tanta repercusión ni trascendencia, están hechos con el mayor de los entusiasmos y la mejor de las voluntades. El poema que dejo a continuación se enmarca en este grupo. Fue escrito en los inicios de la llamada Transición Española (concretamente en el año1977), cuando la ilusión de los ciudadanos iluminaba ampliamente sus rostros y en el horizonte político no se vislumbraba ni de lejos la gran corrupción que ahora nos envuelve. ¿Cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí, si partíamos de la buena disposición, de la esperanza y de la ingenuidad?

Miguel Hernández tuvo un enorme predicamento en esa etapa reciente de nuestra vida. Tendremos que volver a él y a las cosas que representa para que el cáncer que padecemos pueda ser radicalmente extirpado.

Un abrazo


VERSOS

A Miguel Hernández

Trozos de cárcel y pueblo,
filos de reja y espada...
¡Cuánto es el luto del hierro
tras las paredes de España!

Uno es el santo: lo negro;
una es la seña: la patria.
Dos es la sangre del pueblo,
tres es el pueblo que sangra.

¡Qué vas a hacer, compañero,
sino llorar por España!

Llora, Miguel, llora versos,
porque los versos son armas;
porque las armas...¡Secreto!
¡Que no lo sepa el que manda!

¡Cuánta razón es un preso
que hasta la muerte lo callan!
¿Hasta la muerte? Ya muerto
van a ponerte una guardia

¡Ojo al cajón, carcelero!
¡Ojo al cajón de las almas!

- ¡Alto a las sombras! ¿Quién vive?
- Un pelotón de palabras

- Digan el santo
- Lo eterno

- Digan la seña
- ¿No basta?

Leva, Levante, los vientos:
luto, cuchillo y espada.
Toro de amor, alza el cuello;
plántale al tigre la cara.

Del libro Mitad de amor, dos cuartos de querencias (1984)

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios

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