El Charco, Villajoyosa. Foto Mariano Estrada
Agua enamorada
De la serie “Poe-canciones”
Vuelvo a insistir, aun a riesgo de resultar un pesado, en que no los toméis como poemas, tampoco como canciones. Tomadlos como lo que son: híbridos.
-¿Y los híbridos son malos de nacimiento?
-No necesariamente. De hecho, el mestizaje puede ser incluso recomendable. Otra cosa es el resultado concreto, que puede ser bueno, malo, regular… Exactamente igual que si fuera una canción o un poema. Lo que pasa es que no existe una fórmula y hay que acertar en la dosis de los ingredientes. Tanto de esto, que es lírico-poético, tanto de aquello, que es prosaico.
-Pero el hecho de colgarlos en el Blog, quiere decir, supongo, que tú los tomas por buenos. De lo contrario no creo que los colgaras.
-¡Joder! Has puesto el dedo en la llaga, hermano… Pero no voy a darte esquinazo ni a escurrir el bulto, de manera que me remango y te digo: yo creo que son aceptables, pero no me atrevería a ponerles una nota entre el cinco y el diez. Y es lógico, porque, si bien soy un riguroso auto-crítico, siempre está el peligro de que la subjetividad se multiplique. Tengo algunas opiniones ajenas que me hacen pensar que son, como digo, aceptables. Ahí me quedo. No apuesto. No porfío. No voy más allá. No subo ni bajo. Tampoco es cuestión de jugar con un híbrido a las siete y media, no sea que vayan a darnos las diez, y las once… las doce y la una y las dos y las tres…., como a Sabina ¿Veis? Ya hemos dado con un autor de canciones. Otro es Aute, más poético. Otro es Serrat, como sabemos todos. Ahora bien, Serrat no cantó canciones de Miguel Hernández, sino que cantó con éxito sus poemas…
Un abrazo
Agua enamorada
Cuando tus ojos y los míos
se acariciaron,
no fijaron distancias.
Tan sólo perfilaron
de forma casi loca
el camino del beso hacia la boca.
Se enamoraron...
Y al hacerlo juntaron
los extremos de un mar:
América y Europa.
“Yo por Madrid, amor,
y tú por Nueva York”.
No nos quitamos ni la ropa.
En el reto de amar
la distancia a salvar
no es ni mucha ni poca:
simplemente no está cuantificada.
Nosotros mantuvimos la que toca
en dos meses de vida enamorada.
Sólo al meterte en el avión
empezamos a ver la dimensión
de tanta agua salada,
que a la hora de amar
rompe cualquier auricular
de llamada a llamada.
Pero tú deshiciste la objeción
diciéndome al oído esta razón:
no importa, amor, no es nada,
te puedo asegurar
que es agua enamorada.
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com/
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