Miguel Escrig y Marta Llinares. Foto F. Medrano
Juan Manuel Díaz, Mariano Estrada y Joan Piera. Foto de Fernando Medrano
Esta fue una parte del discurso pronunciado por mí en el acto de la presentación del libro Animales en el corazón
que tuvo lugar el pasado sábado 16 de febrero en el salón de actos del
Centro social Llar del pensionista en La Vila Joyosa. El resto consistió
en unas leves indicaciones sobre el libro y en una pequeña semblanza de
cada uno de los presentadores que pondré en otra entrada.
Si alguien quiere adquirir el libro puede hacerlo aquí:
Reivindicación de la memoria
Contra todos los vientos y todas las mareas del mundo vamos a presentar un nuevo libro. Se titula Animales en el corazón
y no es otra cosa que la plasmación en el papel de determinados
recuerdos entrañables de una patria perdida, es decir, una
reivindicación de la memoria. Porque las patrias se pueden perder, como
es obvio, pero si la memoria permanece, es probable que ésta alimente la
ilusión, y la ilusión es el cayado en el que se apoya la esperanza.
Es
verdad que en un mundo tan desquiciado y desnortado como el nuestro la
esperanza tiene los caminos truncados. Pero todos nosotros, incluso
aquellos que tienen el ánimo más alicaído, llevamos latentes en el
espíritu un montón de retoños. Y sabemos, porque lo vemos todos los días
en la naturaleza, que los retoños -y hablo ahora de retoños vegetales,
como metáforas-, crecen en las cepas de los árboles heridos, incluso en
los heridos de muerte, porque es ahí, pegada a la tierra, donde tiene
su arraigo la memoria.
De manera que, al tiempo que vamos
corrigiendo los enormes desaguisados que existen en el mundo y que
golpean nuestras conciencias y vacían nuestros bolsillos, tenemos que ir
reconstruyendo los caminos alternativos de la esperanza, que son
aquellos por los que debemos transitar en el futuro, con una
implicación directa e indispensable para que podamos tener una mayor
alegría, un mayor sosiego y una mayor seguridad.
Caeríamos en un
grave error si, llevados por el miedo y la desesperación, nos dejamos
arrinconar por esta mala situación social, política y económica, de la
que hay que salir con apelaciones a la honradez, a la igualdad y a la
justicia, desde luego, pero también con estímulos a la creación, a la
imaginación, al arte, a la generosidad, a la memoria, al
reconocimiento, a la convivencia.
Somos nosotros, los que no
tenemos del todo raída la conciencia por los efectos de la
sobreabundancia material, por la grasa de la comodidad y la corrupción,
por la codicia del dinero, los que debemos impedir que los trenes de un
progreso mal entendido nos lleven a lugares donde el espíritu se encoja y
finalmente se ahogue. A cambio, debemos ser capaces de crear
alternativas más modestas, pero más reconfortantes para el cuerpo y el
espíritu, o sea más humanas, más valiosas, que nos lleven a lugares en
los que todos veamos la utilidad propia entre la felicidad de los demás.
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Ojalá muchas personas pudieran verlo con esa claridad mental ,enhorabuena por la presentación de tu libro que ya tengo la suerte de haberlo adquirido y por este precioso discurso ,besos
ResponderEliminarHola, María Luisa:
ResponderEliminarCreo que las cosas han empezado a cambiar. Hay mucha gente que ha abierto o está abriendo los ojos. El problema es que todo lo tienen atado y bien atado.
Pero que no se confundan: puede que la cuerda se rompa por donde menos lo esperan.
En el Blog de Paisajes Literarios he colgado la pequeña semblanza que hice de los presentadores.
Gracias y un abrazo