Rosa, junto a un monje de la Iglesia Ortodoxa
Para leer en el descanso del partido entre el Real Madrid y el Liverpool.
Crónicas de Kiev. Pecherska Lavra,
fragmento
Al monasterio de la Lavra, madre
de los monasterios rusos, se llega por
una avenida de castaños que desemboca en una plaza-balcón donde hay un obelisco
a la memoria de los muertos de la segunda guerra mundial, custodiada
discretamente por el fuego eterno. Quiero decir que en la base del obelisco hay
una llama discreta que no se apaga jamás.
El recinto es una enorme extensión de terreno en el que se ubican varias iglesias, una catedral, una fortaleza, dos impresionantes catacumbas con sus muertos momificados y un puñado más de relevantes edificaciones, donde no sólo no hay polución, sino que se respira materialmente la paz. Pero no la paz que sucede inmediatamente a la guerra, sino la paz que necesitamos nosotros, los precipitados occidentales, para acallar tanto grillo revuelto en el interior de nuestras conciencias. En primer lugar, no hay coches, en segundo lugar, no hay ruidos. En tercer lugar, no hay perritos calientes…Lo que hay es un profundo silencio por el que se mueven respetuosamente los turistas con sus cámaras en mano, dispuestos a llevar a su casa un reflejo de la belleza.
De vez en cuando un monje con su apariencia sencilla, sus sandalias, su sotana oscura, que está muy alejada de los patrones estéticos de la actualidad, incluida la ucraniana, y un halo intimista, tal vez un aislamiento espiritual del mundo que los contiene y los rodea. Pecherska Lavra. Iglesia de la Santa Trinidad, Iglesia de Todos los Santos, Catedral de la Dormición de la Madre de Dios. Catacumbas del fraile Antonio. Aislamiento perfecto y refractario a la natural comprensión de los mortales, Gran Campanario del Monasterio, Gran Muro, Gran fortaleza de la paz.
Los árboles me llaman la atención, y en el recinto los hay a montones, todos hermosos. Algunos son tan grandes que, por encima de ellos y dependiendo de la distancia y de la perspectiva, sólo salen las torres doradas o verdes de las Iglesias…
Mariano Estrada, septiembre 2005
Hola Mariano y señora.
ResponderEliminarQué casualidad que hoy me he repuesto con el Facebook y lo primero que veo es tu reportaje en la distancia de Kiev.
Has matado dos pájaros de un tiro. ver el Real Madrid, y a tu hermana Antoinette.
Hola, Antonio: mientras el Madrid jugaba en Kiev, mi hermana estaba en Madrid. Dentro de unos días ella vuelve a Kiev, pero el Madrid ya se ha ido con la copa de campeones. Por cierto, a Antonia no le gusta el fútbol. Un abrazo
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