Rosa, 13 de septiembre de 1975
En 1975, las bodas aún iban precedidas de la petición
de mano
La petición
Habíamos decidido ir a hablar con tus padres y
estábamos un poco nerviosos. Íbamos a decirles que nos queríamos casar. Y a
pedirles permiso para hacerlo, naturalmente. ¿Por qué naturalmente? Porque solo
tenías 17 años. El 13 de septiembre de 1975, día fijado para la boda, faltarían
7 días para que cumplieras los 18. “Nos queremos casar” –les dije, cogiéndote
de la mano-. A lo que tu madre contestó, después de unos segundos: “Es que mi
hija es tan joven”… Se abrió un pequeño paréntesis de silencio. Nos miramos.
Pero tu padre acudió en nuestro socorro: “No es tan joven, no es tan joven. Con
18 años se sabe perfectamente lo que se quiere”. Tu madre se rio complacida y
nos bendijo. El futuro había empezado a correr. Nosotros ya le habíamos puesto
las ruedas, pero ellos le soltaron el freno y le dieron un empujón.
La boda
El traje te sentaba muy
bien. Tenías los ojos resplandecientes y el pelo ligeramente ondulado. Estabas
muy morena y caía sobre ti el brillo de la felicidad, la elegancia de la sencillez y la
deslumbrante belleza de la inocencia. Una voz amiga entonó con muy buen timbre
el Ave María de Schubert. El mundo
era feliz y nosotros ocupábamos el epicentro. No en vano se estaba celebrando
nuestra boda. Era el 13 de septiembre de 1975. Dormimos en casa. Al día
siguiente salíamos en coche para Barcelona y en barco para Génova.
Mariano Estrada
Del libro Rosa entre las rosas: cuarenta años de amor (2014)
Del libro Rosa entre las rosas: cuarenta años de amor (2014)
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