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domingo, 12 de septiembre de 2021

Recuerdos que surgen de una fotografía

 

En el Patio de los Leones, Alhambra de Granada
 
Recuerdos que surgen de una fotografía 
 

La foto es de 1971 y está tomada en el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada, en algunos de los cuales yo había tenido la ocasión de montarme repetidamente cuando tenía 10 años.

Éramos estudiantes variopintos. Vivíamos en una Residencia en la calle Arturo Soria, Madrid, que lindaba con la autopista de Barajas por un lado y, por el otro, con la calle Josefa Valcárcel. Hicimos un viaje a ciertos lugares de Andalucía: Ronda, Torremolinos, Málaga, Granada... Éramos unos 60, aproximadamente. Teníamos a nuestra disposición un autobús y nos acompañaba como responsable el reconocido arquitecto Francisco Coello de Portugal, todo un lujo. Yo tuve la suerte de trabajar con él, primero en su estudio de Atocha, después en Claudio Coello.

Eran tiempos bonitos, a pesar de las dificultades que teníamos para ir a clase. Hasta las Torres Blancas solíamos hacerlo en autostop y luego tomábamos el 12 en María de Molina. La Universidad nos pillaba un poco lejos, por la carretera de La Coruña, pero éramos gente ilusionada que no se arredraba ante ningún impedimento, por grande que este fuera. En menos de dos años yo tendría mi primer coche: un 600 descapotable que le compré a otro arquitecto: Manuel Cortes Pérez, en cuyo estudio de Madrid también trabajé durante un corto tiempo. Con ese 600 se encariñó Rosa, mi mujer, porque fue nuestro nido de amor durante un año. Hoy recuerdo estas cosas con la misma ilusión con la que fueron vividas.

Mariano Estrada

3 comentarios:

  1. Muy bonito, los recuerdos son una cama para soñar.
    Me quedo muertísima al saber que te permitieron montarte en un león del patio de mi Granada. Yo solo he podido verlos de lejos, jamás ni rozarlos. Otros tiempos y otros recuerdos

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  2. Hola, Eli: no es que me permitieran montarme en uno de los leones, sino que todos ellos estaban a mi disposición, y en todos me subí repetidas veces y jugué con el agua hasta ducharme. Ten en cuenta que era el año 1957, los visitantes no eran muchos y nadie controlaba lo que pudiera hacer un niño mientras sus acompañantes mayores (mi madre, mi hermana Antonia y la tía que siempre se tenía en Granada) hablaban de sus cosas.
    He estado en ese hermoso Patio tres o cuatro veces y cada vez la protección era mayor. Nunca más pude subirme a los leones.
    Por cierto, en ese primer viaje tuve ocasión de bañarme en la Fuente del Generalife, pero fue porque jugando jugando, que era lo que mejor sabía hacer, metí la pata, resbalé y me fui al agua de bruces...

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  3. Coda:
    Sin embargo, Eli, en el año 1971 aún se podía uno aproximar a los leones para hacerse una foto, como puedes ver en la que he dejado aquí. Pero en 1992, en un viaje familiar a la Expo de Sevilla, hicimos una parada en la Alhambra y pudimos comprobar que todo estaba protegido a cal y canto.

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