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miércoles, 20 de octubre de 2010

La caricia

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

La caricia

Desde hace muchos años
he tejido mis noches
con el hilo tenaz
de la ilusión y la esperanza.

Pero la luz de cada día
-que es de materia insobornable-,
le da tal claridad a la mañana
que todos los castillos
levantados se desvanecen.

Y todas las creencias
que, con vitola de verdades,
echaron su raíz en mis ensueños,
acaban en el cubo
de las heridas sin cicatrizar,
o en el rictus amargo
que va poniendo el día
en la cara de un hombre,
en los ojos de una mujer,
en el trasfondo anímico de un viejo
cuya fragilidad
no consigue arrancar de los mortales
esa caricia elemental que tanto
necesitamos
para cambiar el mundo.

Yo me rebelo contra ello,
pero acabo rendido
a la evidencia de la realidad
y de los hechos consumados.
De manera que, envuelto en pesadumbre,
enchufo la televisión
para pastar un rato en el olvido,
pero me siento tan inútil
como un espantapájaros
con el que se divierten,
a risas, a desprecios, a pedradas,
los propietarios de la finca
matriz donde nosotros habitamos
porque habita también nuestro bolsillo.

Antes de regresar
a los parajes íntimos
de la ilusión
habilitados en mi cama,
me acerco a la bandeja
de entrada del Outlook
con la esperanza, ya un tanto remota,
de encontrar el aullido
de algún alma gemela,
tal vez algún remedio, alguna
insospechada medicina

Y sí, para más gozo,
entre un montón de “spam” no deseado,
que invita a perdonar la redundancia,
se encuentran los placebos
infinitos de la felicidad:
viagras, levitras, cialis, prepucialis,
increibles alargamientos
del pene, de la pana, de la pena,
fármacos múltiples y numerosas
páginas de sexus, plexus y nexus
que postulan alucinantes
maneras de fornicación
o modos de alcanzar el paraíso
mediante una descarga seminal
que, incomprensiblemente,
está exenta del canon.

Voy a la cama compungido,
echo a la papelera
de reciclaje
la información del día,
arrojo el pesimismo, cambio el chip,
me conecto al cordón de la inocencia
y me siento de nuevo
materia de resurrección,
como esa flor de hibisco
que muere con la sombra y
renace con la luz cada mañana.

La misma luz, no obstante,
que, a lo largo del día,
me desvela cumplidas amarguras
en la cara de un hombre
en los ojos de una mujer,
en el concesionario
anímico de un viejo
del que ya se ha alejado la caricia.

Del libro Gotas de hielo (2011)

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios

6 comentarios:

  1. Pues en ese vagar vivo yo también, sí que somos almas gemelas, y recibo el mismo spam que tú, y me acuesto con la ilusión y almuerzo con la desgana, para cenar con la rabia y en la niebla de la noche busco de nuevo el consuelo en los sueños... Son estos malos tiempos o sólo son el camino para descubrir el valor real de las cosas intangibles, como las caricias del pensamiento?

    Un abrazo fuerte.

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  2. A lo mejor somos clones y no lo sabemos, señor Anónimo. Pero en esto no estamos solos, creo que hay mucha gente que vive insatisfecha y necesita esos espacios de ilusión y de sueño para cargar las pilas y no dejarse habitar por la indiferencia.
    Yo tengo esos espacios y la poesía, que no es poco.
    Gracias por el comentario
    Un abrazo

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  3. Somos navegantes en el mismo mar,
    pasamos los mismos temporales
    y miramos la mismas cartas de navegación
    por si el refugio está cerca
    o merece la pena enfrentar la espuma
    de crestas imposibles con la nimiedad
    de nuestro esfuerzo.Capitaneamos
    nuestros principios en la soledad,
    convencidos de que estamos desarmados
    contra los elementos.

    Así pasa nuestra vida,
    siempre con dueños infectos
    que cortan,impunes,las flores
    de un jardín que es nuestro.

    La libertad sólo está en los sueños
    donde los dueños somos nosotros,
    donde se cumplen los anhelos
    porque los sueños son tambien vida
    que pasea en este mundo cerrado
    por un sistema que aborrecemos.

    Y no tenemos medios cuando
    miramos,queriendo,devolver
    la vista al ciego,la razón
    a los vientos que nos sacuden
    el cascarón del entendimiento
    que es el mar extenso donde
    flotamos hasta disolvernos
    entre la furia de la espuma,
    la calma y un paraíso descubierto.
    Solo en el sueño,solo en el sueño....

    Carlos.

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  4. MARIANO ES MUY REAL ESTE POEMA CON LA VISION DEL MUNDO ACTUAL , PERO EL QUE ES POETA Y EL QUE NO LO ES PERO AMA LA POESIA , VIVE FELIZ EN CUALQUIER MUNDO ,PORQUE
    ES HABITANTE DEL MUNDO FANTASTICO DEL VERSO .
    JUAN

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  5. Hola, Carlos: vaya poema que te has marcado, Txaval. No es la primera vez que te digo que llevas un gran poeta dentro.
    Por otra parte, las cosas que dices, entre metáforas marineras, son un buen resumen de la situación actual de la sociedad y nuestra posición en la misma.
    Hay que seguir soñando. Hay que abrile huecos a la poesía.
    Gracias y un abrazo

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  6. Hola, Juan: lo has expresado muy bien. La poesía es de quien la escribe y de quien la lee, pero también de quien la lleva dentro, la ama, la siente, la vive.
    El sentimiento que nos invade al mirar un atardecer, un paisaje, las hojas de los árboles mojadas por el rocío, la risa de un niño, los ojos de un perro... Ese sentimiento es poesía, con independencia de si lees o escribes.
    Gracias. Un abrazo

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