El banco de los sueños
Había pasado un tiempo sin
saber nada de ella. Estaba solo en casa y el teléfono me pilló
desprevenido. ¿Diga? –contesté mecánicamente.
-Soy yo –repuso una voz
serena que lo dejó todo en silencio.
-¿Tú?… ¿Desde dónde me
llamas? –susurré con palabras temblorosas.
-¿Eso es todo que se te
ocurre decir? Quizás deba colgar…
-No, no cuelgues, no
cuelgues… Estoy recuperando el aliento.
-¿Hasta ese punto te he
sorprendido?
-Hasta ese punto.
-¿Me amas todavía?
-Más que nunca.
-Entonces nos vemos en el
banco de los sueños.
-Imposible, el banco
desapareció cuando arreglaron el parque…
-¿Y quién ha hablado del
parque? Nos vemos en el banco de los sueños, se encuentre donde se encuentre.
Si me amas, sabrás llegar hasta él. Si no me amas, no hace falta que salgas de
tu casa, porque nunca lograrás encontrarlo. Pero atiende bien: ocurra lo que
ocurra, yo estaré allí, esperándote, como las noches del invierno esperan la
salida del sol.
Del libro Los territorios de la inocencia (2016)
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Eres puro corazón...
ResponderEliminarEres tierno...
Desverbas!
ResponderEliminarPrecioso, y la foto muy apropiada, me encanta.
ResponderEliminarEn mi banco te abrazo poeta.
Angela.
Hola, Anónimo: yo quiero un corazón que lata: ¡Qué lata de corazón!. En mi pueblo solíamos decir: "Mi corazón palpita como una patata frita. Y late como un tomate". Pero entonces éramos niños y puros. Puros corazones que desverban.
ResponderEliminarPatata frita, tomate... Voy a tomarme un huevo en la cena.
Un abrazo
Gracias, Ángela: tú conocías una foto muy parecida. El mismo lugar, el mismo banco, solo cambian un poco las posturas. Un abrazo
ResponderEliminarEste poema me gustó muchísimo por que menciona el amor y el sueño,
ResponderEliminarGracias, anónimo:
EliminarEn este caso, el amor y los sueños van de la mano. Me alegra que te guste. Un abrazo
Me gustó.Un poquito descortés el que llama.
ResponderEliminar¿Descortés? No lo creo. Es la urgencia del amor. El ímpetu del fuego. Me alegro de que te gustara, Susana. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusto
ResponderEliminarGracias, un abrazo
Eliminar