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jueves, 12 de octubre de 2017

LA MAGIA DE LO AUTÉNTICO. Presentación. Discurso de Mª Ángeles Gualde


Mª Ángeles Gualde

Discurso de Mª Ángeles Gualde 
en la Presentación del libro LA MAGIA DE LO AUTÉNTICO. Una visión lírica de Villajoyosa, de Mariano Estrada

     Buenas tardes a todos y a todas

    Antes que nada, Mariano muchas gracias por confiar en mí para esta presentación, ha sido un placer poder ser una de las primeras que ha tenido en sus manos este libro. Gracias por tu confianza.
     Ahora sí, bienvenidos a la presentación del libro La magia de lo auténtico, del autor Mariano Estrada, que sinceramente, Mariano, no sé cuántas veces se habrá dicho esta frase en este auditorio “bienvenidos a la presentación del libro de Mariano Estrada”. Seguro que han sido muchas las ocasiones, y espero que vengan muchas más.
   Sin duda, Mariano Estrada es un escritor con mucha creación literaria publicada, y de buena calidad y, como no, estoy segura que tendrá ya en mente muchos otros proyectos que no tardará en venir a presentarme al despacho. De hecho, mientras escribía esta pequeña presentación, me acordé de la primera vez que Mariano vino a presentarme a la concejalía su interés por la cultura en la Vila y por la literatura en particular. En ese momento, y sin que sirva de peloteo, vi en él que cuando hablaba de sus “hijos” (entiéndase hijos como libros) se le encendían unas lucecillas en los ojos que me decían: “este señor vive lo que cuenta, lo siente”. Y fue así como me contó y contagió sus vivencias, anécdotas, en las pocas conversaciones que hemos mantenido durante estos dos últimos años. También es cierto que no es nada difícil que hablando con Mariano se te contagie, aún más si cabe, el arte literario, porque como todos sabemos, es muy extraño que una conversación con él no termine nombrando a un escritor, un periodista, o a la literatura en letras mayúsculas.
     Hoy, permítanme que haga una sencilla y muy esquemática visión de lo que ha sido mi paseo por las páginas de La magia de lo auténtico, y digo paseo porque no ha sido una acción de leer, no ha sido una acción de imaginar. No, ha sido como si todo lo que se decodificaba en mi mente me hiciera llegar al sitio concreto que se describía; tal vez por la cercanía del contenido, nuestro municipio; tal vez por su narración clara, ligera, pero al mismo tiempo totalmente repleta de adjetivos que decoran cada sustantivo al que dan la mano.
     Si nos centramos en la estructura del libro, encontramos que tiene tres partes que ya aparecen enumeradas en el índice y también vemos que, antes de éstas, está “así nació este libro”  que, como ya sabrán los que hayan ojeado el libro, y para los que no, les adelanto, que éste nació a partir de las publicaciones que Mariano había ido haciendo en una página de Facebook.
     Y, por otro lado tenemos la “introito”.  De ésta última, destacaría una escena muy pictórica que nos sumerge de manera inmediata en Villajoyosa con un personaje, Mariano, en un 600 haciendo entrada en el municipio. Para mí, esta entrada del personaje ha sido un paralelo con el escritor/lector que se precipita sobre las primeras páginas de un libro, al principio un poco perdido (como dice él, con un papel vegetal como plano), pero que después se siente como pez en el agua.
     Antes de pasar a hacer un pequeño y rápido análisis de las partes de la obra, me gustaría destacar que, cuando terminé el libro, me acordé de esos libros de viajes, esas novelas al estilo del cuadro de costumbres, como si estuviera relatando la guía perfecta para el visitante o turista que viniera a nuestro municipio. Pero después de unos momentos pensé: No, no es sólo eso, porque los cuadros o artículos de costumbres son relatos cortos en los que se pintan hábitos, personajes característicos de la sociedad, paisajes, diversiones, animales… con una finalidad meramente enmarcada en la diversión o, por otro lado, en tintes críticos. La magia de lo auténtico no es costumbrismo, se trata de la visión, totalmente personalizada por el autor, de la que él es personaje y crítico, escritor y lector, y en la que aparte de mostrarnos un escenario que es La Vila, y a unos actores que son los vileros y vileras, tenemos un decorado único (monumentos, arboledas, montañas, calas, playas) que él adorna con sus elogios continuos. Por tanto, para mí, se trata de una obra de vivencia, una vivencia suya recreada en páginas para que después nosotros, los lectores, volvamos a revivirla.
     Ahora bien, si nos centramos en las partes, me gustaría nombrar aquí aquellos instantes que, a primera vista, más me cautivaron.
     En la Primera parte, en el Inicio, no podía empezar de otra forma, las casas colgantes, la primera imagen que un viajero se lleva de nuestra ciudad.
     Pero no sólo es paisaje en la primera parte, que también lo hay en todos los relatos dedicados al reino de las plantas donde se ve el impacto que tienen en él las buganvillas cuando llega a La Vila, monumentos, continuas menciones al barrio de la Ermita y a la zona del Montiboli … también nos encontramos festividades, datos curiosos, recomendaciones, humor (sobre todo representado mediante diálogosà hay uno muy graciosos que es el de Diálogo en el peaje), datos históricos donde se hace referencia al dr. Esquerdo por ejemplo…
     Encontramos tintes reivindicativos, críticos o, al menos, que hacen reflexionar mediante preguntas al lector sobre la falta de agua, el abandono de la huerta, el picudo, la concienciación cívica y donde dirige preguntas directas a la administración pública.
     Y, como no, su libro no podía estar completo si no aparecía poesía en él. Son continuos los intercalados de poemas de otras ediciones como Camino hacia las flores o Memorias del olivo, calculadamente cohesionados, que dan lugar a una lectura poética de la prosa. Del mismo modo que hace guiños a escritores como Jorge Luis Borges, del cual cita una parte de su poema Amanecer, o titula uno de sus relatos Un episodio nacional que no es de Galdós.
     No quiero olvidar, de esta primera parte, sus recuerdos en familia, que también están presentes en múltiples ocasiones: su boda donde describe de una forma preciosa y delicada a su esposa, la subida al Puig Campana con algún que otro susto, siempre personalizando la obra.
     En la Segunda parte, me he quedado con el inicio: un recuerdo de su esposa embarazada en “Una luz prodigiosa”, una escena muy emotiva y colorista que me transmitió muy buenas sensaciones; y con todo un conjunto de elogios a la naturaleza que se dividen en: paisajes, olores, sensaciones, cambios de luces… y lo enumero así porque casi todos los relatos de esta parte hablan del mar, la espuma de las olas y del personaje con los ojos cerrados simplemente sintiendo, viviendo el momento, los amaneceres, las tardes soleadas, los atardeceres, todo un sinfín de momentos del día en que el autor se sienta en la playa, en una roca y mira al horizonte sintiendo lo que él llama el efecto sedante, esperando el momento de reflexión, incluso de reflexión diría yo, puesto que habla del charco como lugar para pensar, para crear. Y a continuación, añade el poema “Al amor por el mar” del libro Gotas de hielo.
     En esta parte hay incuso diálogos con la naturaleza como vemos en “Un tronco seco”, diálogos con el editor del libro, Lalo F. Mayo, en la que hablan de la foto de contraportada de Poeminos de amor, y diálogos con su hija patricia en Césped en la playa de la caleta.
     Finalmente, también encontramos, al igual que en todo el libro, alusiones a otros autores, en este caso a Rafael Alberti en el poema El Mar y en Un árbol que mira hacia el mar, a Lope de Vega, y también como dato curioso, aparece un trozo de una canción del francés Christophe.
     Para terminar, la Tercera parte: es la más exótica, misteriosa y mitológica al mismo tiempo. Es la que trata los monstruos de piedra. Creo que entronca muy bien con la tradición legendaria que tenemos en España relacionada con lo sobrenatural o no, lo conocido y lo desconocido y lo que el mar esconde.
     Y ahora ya sí, para terminar, me gustaría leer un trocito muy cortito que es uno de los que más me ha gustado releer, que es:

     Una luz prodigiosa:
     Los lugares donde uno ha sido feliz están llenos de pisadas y de recuerdos. El recuerdo del amor es imborrable, por muchas olas de tiempo que le pasen por encima.
      En las tardes primaverales de 1978, paseábamos a menudo por aquella vieja playa de Villajoyosa que, además de ser de cantos redondeados, tenía una barandilla verde. Tu cara de embarazada no perdía nunca el acordeón mágico de la risa. Y yo, embarazado consorte, me reía simplemente de felicidad. Un hijo ensancha mucho los horizontes y, como el alba, ofrece a los que esperan una luz prodigiosa que nace abierta al mundo.
      Finalmente, la luz se concretó y fue niña.

     Mariano, muchas gracias de nuevo, leer tu libro ha sido, de todo corazón, un paseo mágico y auténtico.
      Mª Ángeles Gualde, licenciada en Hispánicas y concejala del Ayuntamiento de Villajoyosa.
      07-10-2017





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