El Charco, Villajoyosa
Los caminos del Charco tienen vistas al
mar
En
la vida hay caminos de muchos tipos: caminos anchos, caminos estrechos, caminos
largos, caminos cortos. Caminos que no se acaban, caminos que se hacen al andar,
caminos eternos, caminos futuros, caminos difíciles, caminos de perdición,
caminos de perfección, caminos de salvación, caminos de acceso, caminos de
salida, caminos desérticos, camino concurridos, caminos truncados, caminos
rotos, caminos sin esperanza, caminos inciertos…
Caminos por hacer, caminos trillados,
caminos hechos, caminos empinados, caminos abiertos, caminos cerrados, caminos
prohibidos, caminos por andar, caminos de ida, caminos de vuelta, caminos de
ida y vuelta, caminos borrosos, caminos de herradura, caminos de carros,
caminos pedregosos, caminos llanos, caminos lisos, caminos rectos, caminos con
curvas, caminos en zigzag, caminos que se ensanchan, caminos que se estrechan,
caminos que suben, caminos que bajan, caminos que se bifurcan…
Se podría seguir, hay más.
Los peores de todos son los caminos sin
salida. Los mejores, evidentemente, son los caminos de rosas.
El camino que aparece en la fotografía es
un camino de tierra, pero no es un camino enterrado. Está en el Charco, pero no
es un camino encharcado. Es un camino real, pero no es un camino de la realeza.
Es un camino ciego, pero tiene vistas al mar. Es un camino físico, pero tiene
alma, yo se la he visto. Es un camino sin sombra, pero a mí me tiene asombrado.
¿Qué más queréis que os diga? Que os espera para que les deis caña a los pies.
El espíritu tal vez lo necesite. Y el cuerpo os lo agradecerá.
Del
libro La magia de lo auténtico. Una
visión lírica de Villajoyosa (2017)
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