La luna que nació de un sueño
Es la enésima vez que cuelgo este
poema, cuyos versos -de forma natural e involuntaria-se han convertido en una suerte
de señas identidad, como si fuera yo un alter ego de Juan Goytisolo y no un epígono
lunero de Federico García Lorca.
Extravagancias aparte, lo cierto es
que el poema es insistente, persistente, arrollador…Y todo desde aquella noche
lejana de 1985, en la que un sueño bajó la luna a la tierra.
He aquí su pequeña historia:
Hoy lo cuelgo aquí para que siga haciendo camino por el espacio. Y para que Mar se encuentre con su apellido.