Rosa, 1986
Amor contravoluntario
Tu piélago de barro y armonía
llenó mi corazón de
arrobamiento;
adiós, razón, adiós
entendimiento,
adiós por siempre, adiós,
sabiduría.
Mis ojos abrasaron librerías
buscando en el saber un
fundamento
que, yendo más allá del
sentimiento,
ahondara una mayor filosofía
Más seria que la efímera
alegría
de andar enamorado todo el
día
de rosas agitadas en el
viento.
En cambio me ocurrió tu
movimiento,
que toda mi razón
contradecía,
hundiéndome en el hoyo del
que huía.
Del libro El cielo se hizo de
amor (1986)
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
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