Presentación del libro La dimensión poética del mundo.
Residencia Ballesol, la Cala
de Villajoyosa, 28-10-2016.
Acto promovido por las Asociaciones de vecinos como inicio de las fiestas.
Buenas tardes, queridos amigos
Pocas cosas me hacen tan feliz como ver reunida a la
gente en torno a un libro. Estamos aquí para entretenernos, pero también para
comunicarnos, para relacionarnos, para cultivarnos. Y para reivindicar, por
supuesto. Este libro pretende ser, ante todo, una reivindicación de la poesía.
Sé que la propuesta de devolverle al mundo su perdida dimensión poética no es fácil de entender. Algunos incluso pensarán que lo que pido es que la gente se ponga a versificar a troche y moche, poco menos que de una forma febril. Pero no es eso. Yo solo pido que se incluya en las miradas y en las conciencias el amor a la verdad, la autenticidad, la integridad, la honestidad, la responsabilidad, la humanidad, el conocimiento... Si esto fuera así, el futuro sería mucho mejor para todos.
La sociedad actual tiene muchos detritos y desperfectos, muchas enfermedades, muchas ruinas, muchas carencias y dejaciones. Esta es la razón por la que yo me atrevo a pedir sin ambages que le devolvamos al mundo su relegada dimensión poética, que no es otra cosa que el hecho de mirar con los mejores ojos, de hacer bien las cosas, de rebajar algunos grados el egoísmo, de convivir con la mejor de las voluntades y el mayor de los respetos, de amar con sentimientos generosos y corazones limpios… Si esto fuera así, subirían los niveles del bienestar, tanto del cuerpo como del espíritu, y los males que nos aprietan y nos ahogan serían mucho menores y, en todo caso, mucho más soportables y llevaderos.
Bela Marbel y Mariano Estrada. Foto de Xaro Escrig
Me quejo de que toda esa riqueza se va difuminando en los derroteros de una
sociedad que es cada vez más egoísta, más obtusa, más injusta, menos generosa, menos sensible, menos
responsable, más impersonal, más cruel, más inhumana. Me quejo de que cada día
tenemos menos predisposición y menos tiempo para apreciar la poesía que nos
ofrece la vida y menos oportunidad para apreciar la poesía que nos ofrece la
naturaleza. Porque la poesía siempre ha estado ahí: “en el aire, en el humo de
las chimeneas, en el vaivén de las mieses bajo la brisa, en el nido amoroso de
los pájaros, en las bardas de los corrales, en las flores cárdenas del brezo”.
Y también en el fondo del mar, en los destellos del alba, en la inocencia de los niños, en los arrumacos de los animales, en la sonrisa de las personas, en las manos de los que dan y de los que piden, en las caricias de los viejos, en el beso de los amantes, en los serenos ojos de un hombre arrinconado por la soledad o un niño zaherido por el hambre…
Resumiendo: hay que devolverle al mundo su dimensión poética. El pozo en el que estamos es hondo y ciego, solo saldremos de él mirando intensamente hacia arriba.
El autor y parte del público asistente. Foto de Fina Domenech
Uno de los poemas que se leyeron:
La
mano
Se me ha encogido esa mano
que tuve siempre tendida,
pues si la fe no me falta
me va faltando la vida.
Espero con los que esperan
una inminente partida,
sereno, sin hacer sombra
y con la mano encogida.
La mano que estuvo llena
de corazón y caricias,
la que regando las flores
se fue quedando marchita.
que tuve siempre tendida,
pues si la fe no me falta
me va faltando la vida.
Espero con los que esperan
una inminente partida,
sereno, sin hacer sombra
y con la mano encogida.
La mano que estuvo llena
de corazón y caricias,
la que regando las flores
se fue quedando marchita.
Mariano Estrada, 28-10-2016
UN DOLOR INMENSO
ResponderEliminarIsidro Cicero
Con un dolor inmenso, os comunico a todos mis amigos que ha fallecido mi esposa MARGARITA POO, mi compañera de siempre, mi amor insustitui
Querido Isidro:
ResponderEliminarLos que no hemos sentido ese dolor exacto, pero sí otros parecidos, tenemos la capacidad suficiente como para entender que es un dolor grande, casi insufrible. Pero también sabemos que es superable. Se va suavizando con el tiempo y finalmente se cura. Después queda el recuerdo, que es siempre bueno.
Compartimos contigo ese dolor y estamos a tu lado.
Un gran abrazo.
Mariano