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sábado, 16 de noviembre de 2019

Mi barba y los besos de Martina


 Mariano a mitad del afeitado

De barbas, de besos y de afeitados

Estaba afeitándome esta tarde fría de noviembre y, al llegar al punto que puede verse en la foto, me acordé de una persona conocida que, por una enfermedad pasajera de la piel, durante un tiempo solo pudo afeitarse la mitad de la cara, cosa que hacía todos los días. Yo no lo entendía muy bien porque, a mi modo de ver, hubiera sido más fácil dejarse barba, ¿no? Pues no, señor, él se afeitaba la mitad sana de la cara.

De pronto se me fue esa imagen de la cabeza y se me puso delante la de Martina, mi nieta, que se resiste a darme besos si no estoy afeitado. Así que, cambiando radicalmente de opinión, declaro solemnemente que si yo estuviera ahora en el caso de aquel hombre semibarbado o semiafeitado, no me dejaría la barba completa, sino que, como él, me afeitaría religiosamente la mitad sana de la cara. ¿Cómo iba a vivir yo sin los besos de Martina?

Mi barba y los besos de Martina

Mi barba tiene tres pelos
por milímetro cuadrado.
Y todos ellos te pinchan
cuando no estoy afeitado.

En mi cara hay un rastrojo
de alambres muy afilados
y en sus raíces se ahogan
los besos que no me has dado.

Voy a afeitarme ahora mismo
para ofrecerme a tus labios
hasta que cieguen mis poros
con los besos atrasados.

Mariano Estrada, del libro La mirada de Martina (2019)

 
Martina y Mariano en Muelas de los Caballeros, Zamora

2 comentarios:

  1. Gracias, MochuELIn: ¿se nota mucho? Comparto con ella los sueños de los niños, que son los que mantienen el fuego. Un abrazo

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