Portada libro Poeminos de amor, acuarela de Jesús Herrero Marcos
Una
historia de amor en la que fueron protagonistas dos árboles
El día 27 de octubre de 2013, Jesús Herrero Marcos
-atendiendo amablemente a una previa solicitud- me envío tres preciosas acuarelas de las que solo una
iba a ser la portada de estos Poeminos de
amor. Al día siguiente le contesté,
confesándole, entre otras cosas, que los árboles que habían motivado su
acuarela, con el fondo del mar, me habían trasladado inconscientemente a unos tamarindos que había en la Playa del
Torres de Villajoyosa.
A lo que él me respondió ese mismo día:
A lo que él me respondió ese mismo día:
“Por cierto, lo de los dos arbolitos es una historia
real y asombrosa. Existen en la realidad. Están en Palencia, en medio del
campo. Uno de ellos tiene grabada en el tronco una inscripción con el consabido
corazón atravesado y un texto que dice: "Merche, amor, te quiero,
leñe", 14-VI-1999, y firma un tal Félix. En el segundo árbol hay otra
inscripción, también con corazón, aunque este sin flecha, que dice: "Pues
a ver si espabilas majo", 15-VI-1999, y lo firma una tal "Luisa la hermana
de Merche". ¿No te parece genial? A estos dos árboles les falta uno de tus
poemas. Por mi parte, en cuanto me propusiste lo de la portada de los poeminos,
me vino a la cabeza este escenario en el que me comí uno de los bocadillos más
impresionantes de mi vida, y todo ello aderezado con el inmenso placer de la
reflexión sobre el amor, sus prolegómenos, sus paralelepípedos y sus
consecuencias. Por cierto, el bocata era de un sofisticado y excitante chorizo,
lo cual no quita hermosura o ternura al hecho”.
Yo le repliqué inmediatamente: ”vaya, Jesús: pues sí
que es bonita la historia. Lástima que no sepamos en qué ha acabado todo
aquello, aunque no sé, a lo mejor pierde toda la gracia. La primera inscripción
es buena, pero la segunda no tiene precio.
Le he enviado tu e-mail a Lalo, como me pediste, espero que en breve me
conteste.
Y, en efecto, Lalo me contestó ese mismo día, si bien
ya entrada la noche. Y lo hizo con estas sorprendentes y precisas palabras:
“Pues ya tienes un texto para una de las solapas interiores. Incluso una
dedicatoria: a Félix, Merche y Luisa, que
en el verano de 1999 quisieron ser felices. O algo así”. A lo que yo me
dije: “¿O algo así? ¡No: así, exactamente!”.
Lalo F. Mayo es quien le ha dado forma a este libro y
también a la acuarela de Jesús para
convertirla en portada.
Mariano Estrada
Texto de la solapa del libro Poeminos de amor (2013)
Texto de la solapa del libro Poeminos de amor (2013)
Hermoso...hermoso...!
ResponderEliminarGracias, Unknown. Es una historia realmente ingeniosa.
ResponderEliminarPerdón Mariano. La tal Unknown que se olvidó de poner su nombre,soy yo,Victoria.Abrazo grande y argentinísimo.
ResponderEliminarHloa, Victoria: gracias por la aclaración y por el elogio. Un abrazo desde un meditrráneo fresquito.
EliminarHola, Mariano ! A poco menos de un mes de cumplirse 5 años desde aquel 23 de noviembre de 2019, vuelvo a leer y vuelvo a solazarme con esta historia de los árboles idílicos, por así decirlo, y nuevamente admiro cómo es posible movilizar la imaginación, a tal punto que sea posible gestar un escrito sobre ello. Y como hace 5 años, casi, aprovecho a saludarte con un abrazo grande y argentinísimo. Victoria
ResponderEliminarCierto, Victoria, es una historia muy ingeniosa. Y, sin embargo, solo es una más, pero bien construida, de las muchas que había cuando los pueblos estaban habitados y había jóvenes que se enamoraban y escribían este tipo de cosas en los troncos de los árboles. Yo mismo participé en alguna de ellas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, en uno de los pocos días que lleve en Villajoyosa.