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domingo, 27 de junio de 2021

Celebración

 

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Celebración

No desprecies las rosas del azar o de la fortuna; antes bien, acepta complacido la generosidad de sus regalos. Atiéndelos con la vehemencia que se percibe en la claridad de tus ojos. Gózalos como bienes generados en la miel, porque ellos te llevarán a la dulzura. Toma tu parte del botín y exprímela hasta el desvanecimiento. Luego entona con júbilo las alabanzas que la diosa merece.
    
     Ya sabes que en el principio del verbo está la boca. Tómala con besos de serenidad y gana poco a poco las bóvedas de cielo a las que te conduce, porque allí, con los ojos cerrados, es donde empieza realmente la oscuridad, la noche, los lejanos fulgores de las estrellas, la preeminencia del fuego sobre cualquier forma del agua…
    
Celebra los emocionados tintineos con la sangre que brota del corazón. Explora las oquedades de la carne con los impulsos del deseo. Apaga los volcanes de la piel con la humedad de la lengua y de los labios mojados y carnosos. Abraza las excelencias corporales y cúbrelas de yemas alargadas, de caricias lentas y abrasadoras. Acepta la hospitalidad de las alcobas que se te ofrecen, dispuestas para ti en la forma en que han sido siempre anheladas. Camina por los hilos de la intuición, que es la única luz que puede traspasar los precipicios y las constelaciones. Y húndete luego en el temblor de las sacudidas consecuentes y vertiginosas, de los terremotos intrépidos, rotundos, inevitables. Y descansa al fin, descansa hasta las próximas luces…
    
Cuando el rayo del alba te despierte y las lanzas del sol quiebren su dirección en los cristales, sabrás que has sido premiado con el abrazo del amor y con el sueño profundo de los deseos ferazmente cumplidos, saciados, satisfechos.


Mariano Estrada

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