Buscar este blog

lunes, 21 de marzo de 2011

La primavera la sangre altera

Flor de brezo (Erica multiflora. Petorrera en valencià). Foto de Fernando Medrano

La primavera la sangre altera

-Dicen –y a lo mejor es verdad- que la primavera altera mucho la sangre. La altera tanto que a menudo la pone como las burgas orensanas.
-Vaya si es verdad. Mi mujer está esperando a que se abran las puertas de El Corte Inglés, donde la primavera es un busto inalcanzable y una pierna larga que la imaginación trata de juntar infructuosamente con su vecina. Porque las piernas son dos, ¿no?, y toda pierna tiene su principio y su fin, su talón de Aquiles y su vital horcajadura. Pues bien, las puertas se abren y mi mujer se pone las botas.
-Claro, para ir al campo.
-Alcampo no le gusta, ya ves, prefiere las tiendas de trapillos.
-Dices bien, trapillos, que a menudo no cubren ni el expediente.
-Hombre, el expediente, sí. Lo que hacen en realidad es ponerse ligeras de equipaje, como los hijos de la mar.
-Claro, y a nosotros nos ponen ligeros de mirada, como los peces telescópicos.
-Esa es la función de la primavera, ¿no? Calentarnos los ojos. Luego llegas a casa y te pones a correr al pillo pillo: yo me pruebo las ropas y tú te quedas “asperges” en el pasillo.

La primavera la sangre altera.

La grupa de las potrancas
huele a caballo.
A la mujer quinceañera
la piel y el sayo.

¿Qué tiene la primavera
de abril a mayo?
La miel, la abeja, las flores
y los colores del campo.

Los machos van a las hembras
por el olfato.
Por un influjo de luna
las hembras van a los machos.

Y reverdecen los bosques
y brotan juncos del barro.
¿Qué tiene la primavera
que todo viene a alterarlo?

Mariano Estrada. Del libro El cielo se hizo de amor (1986)


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

3 comentarios:

  1. Ya se manifestó la primavera canaria hace un tiempo: la algarabía de los mirlos alrededor de la casa y los brotes tiernos en árboles y flores, dan fe de un paisaje rebosante de vida. Los carnavales son preludio del comienzo de fiestas y romerías y con el aumento del sol y de los días, se renueva el corazón de esperanza en un mundo de injusticias y de guerras. ¿Por qué nos empeñamos los humanos en destruir tanta belleza?
    Muy ardientes esos versos, poeta.
    Un abrazo. Ascensión.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Ascensión: vosotros sois adelantados de la primavera. Aquí vamos un poco por detrás, no mucho, recuerda que el almendro estaba florecido a primeros de febrero, y a mediados estaba en plenitud. Pero hay partes de España en las que la primavera está empezando a brotar.
    Ello quiere decir que hay tallos humanos en camiseta y otros que aún llevan abrigo. Los machos del norte deberán tener un poco de paciencia. Que sepan que las mujeres están deseando quitárselo, pero la climatología no se lo ha permitido. Pronto engordarán los armarios.
    Gracias, Ascensión. Un abrazo primaveral.

    ResponderEliminar
  3. "...En este ahora preciso -reflexivo instante de un tiempo insatisfecho-, necesito la erupción primaveral, con su explosión de júbilo y de yemas; la ternura del árbol y sus lenguas de candor y de virginidad; la abeja encaramada en sus montañas de libación, la miel, su olor premonitorio... Necesito las hierbas de los prados, sus aguas subyacentes, como mares de ensoñación; las faldas de los montes, que vierten arroyuelos de cristal y enternecimiento... Y la flor, la intensa plenitud de una belleza indescriptible, pero múltiple y generalizada, ante la cuál me reclino, largamente, con la humildad del que sabe que es depositario de un gozo"
    (Mariano Estrada, fragmento de un artículo titulado "Primavera")
    Un abrazo

    ResponderEliminar