Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Tanto Abatimiento
Yo llegué a la cita con la intención de que pasáramos una tarde en el cielo, pero el cielo había dispuesto que tú te vistieras de tristeza. Te tomé de la mano y nos sentamos en un banco del parque. De frente estaba el mar y en las ramas frondosas de los árboles cantaban alegremente los pájaros. Tardaste mucho en hablar porque tenías el corazón ahogado en la garganta. Y cuando al fin quisiste hacerlo, las lágrimas te cayeron de los ojos en forma de lluvia interminable. La noche nos llegó, irremediablemente, cuando todo estaba encharcado. Pero eso fue después, el poema recorre únicamente los abatidos espacios del dolor, en los que solo había preguntas.
Un abrazo
Tanto abatimiento.
Tanto abatimiento
-que va contra el oráculo del dios-
¿a qué responde?
¿A qué responde esa mueca
terriblemente volcada?
¿Quién ha sellado tus labios
con esa laña de espino?
¿Qué influencia limita con tu ceño?
¿Sobre quién recae el crimen
de que tus ojos se hundan
en este eclipse de vida?
Del libro “Azumbres de la noche”
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Mariano todo esto es hermoso, así halla tristeza y melancolía, en su fondo guarda lo que eres: transparencia, dulzura y mucho amor.gracias por tus letras. Diana Lucía León. besos.
ResponderEliminarHola, Diana: el amor tiene siempre sus puntos de tristeza. De ellos nacen, a menudo, grandes momentos de pasión. Y, en todo caso, la tristeza puede ser un acicate de la felicidad.
ResponderEliminarPues eso te deseo yo, felicidad.
Un abrazo