Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
A Jade, que removió la luna.
Hace
unos días, en una noche de frío y de recogimiento, una chica joven que
viajaba por algún lugar de Madrid se sintió atraída fuertemente por una
hermosa luna. Dice que estaba allí, quieta y alta, sobre un fondo de
oscuridad, misterioso y azul, y
con una luz blanca y rebosante en la que se apagaban todas las
estrellas, sobre todo las estrellas de la televisión. Llegó a casa y,
pletórica de emociones, encendió el ordenador e introdujo en Google las
mágicas palabras “poesía” y “luna”. Y hete aquí que, entre otros muchos
hallazgos, le salió un poema que se llamaba precisamente “La luna” y que
estaba dedicado a Federico García Lorca. El autor, un tal Mariano
Estrada, le era totalmente desconocido.
No
obstante, dice que el poema le gustó y que, en ese justo instante,
decidió abrir un hilo en el Foro de Las Nieblas de Avalon, en el que
ella participaba, bajo el título de “Poesías a la luna”. Allí dejó un
pequeño preámbulo en el que dice:
“…seguro
que muchas de vosotras os sentiréis identificadas con todo esto, y cada
vez que paseáis por la noche y alzáis la vista y la observáis sentís el
mismo escalofrío recorriendo de pies a cabeza vuestros sentidos, no
solo como algo físico, si no como algo que nos llega muy adentro, algo
que sentimos al posar los ojos sobre su brillo resplandeciente e
inagotable...”
En otro punto de España, concretamente en un lugar del Medterráneo llamado Villajoyosa, donde
la luna no tiene la misma nitidez que en esos cielos del centro
peninsular, el autor aludido percibió en la pantalla de su ordenador un
reflejo tenue de aquella espléndida luna, la de Madrid. Entró en las
nebulosas del Foro, limpió el vaho adherido y se miró gratamente en el
espejo. “Coño” –se dijo- “la luna de Baeza”, porque no otra luna es la
que sedujo al autor en las Navidades viajeras del año 1985 y quedó
plasmada en un libro. “¿Cómo habrá llegado a las Nieblas de Avalon?.
Y
entonces conoció a Jade, que no es la piedra pequeña y prisionera,
exaltada por León Felipe, sino la joven que una noche de frío y
recogimiento decidió meter a la luna en la “Danza del Vientre”, que es
un apartado del Foro de Las Nieblas de Avalon. Allí fue donde el tal
Mariano Estrada, de quien ella dice que debió de ser mujer en una vida
anterior, la atiborró de otras lunas
menores, entre las que está, naturalmente, la “Luna de Nochebuena”,
aquella que se coló por las rendijas de tantos hogares españoles que, en
los años de la emigración, quedaron habitados por la soledad. Porque “¿Quién habita la casa, sino el pálido reflejo de una triste luna?”
Gracias, Jade: “Has llegado a la estrella que nos bendijo. Por ella puedes bajar a mi sediento abrazo. Bien
sé que los espacios son medidos en constelaciones, que no es fácil
penetrar los laberintos siderales y, más precisamente, sé que hay un mar
de por medio… ¡Eh! No importa, amor, no importa. Te puedo asegurar que
es agua enamorada”.
Mariano Estrada
Aquí dejo “La luna”, que es el poema que ha dado origen a esta pequeña historia. Y la “Luna de Nochebuena”, que es el que más he utilizado este año para felicitar las Navidades. Y con el que las sigo felicitando.
¡Felices Fiestas a todos!
Y un abrazo
LA LUNA
Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.
Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.
Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.
¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejásteis sin versos,
que sin amor la dejásteis?
Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.
Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.
La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.
Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte
Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.
La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.
Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.
Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.
¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejásteis sin versos,
que sin amor la dejásteis?
Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.
Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.
La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.
Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte
Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.
La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.
Del libro El cielo se hizo de amor.
LUNA DE NOCHEBUENA
Por el hueco estrecho
de la chimenea,
se coló la luna
de la Nochebuena.
Esparció sus rayos
por la casa entera,
pero nadie había
que pudiera verla.
Recaló en los cuartos,
traspasó las puertas;
pero no vio nada,
nada, sino pena.
Polvo en los escaños,
polvo en la alacena,
polvo en la tarima
del hogar sin leña.
Y la luna triste
de la Nochebuena
preguntó a las cosas
la razón cuál era.
Pero ¡ay! las cosas,
tan calladas ellas,
se quedaron mudas
tras su polvoriencia.
En la luz difusa
de la aurora, mientras,
se perdió la luna
de la Nochebuena.
Y quedó en la casa
su constante piedra;
fría, como siempre;
sola, pero bella.
Del libro Tierra conmovida
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Que bella fotografia y que hermosas palabras
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, ¿Ceditas?: Utilizo muchas fotos mías, pero ésta no lo es, aunque me gustaría que lo fuera. En cuanto a las palabras, ésas sí, son todas propias. Gracias por la parte que me toca de los elogios.
EliminarHe visitado tu rincón, es precioso. Tienes muy buenas fotos y muy buenos reportajes.
Un abrazo