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jueves, 29 de septiembre de 2016

Una drácena de mucho fuste


Montiboli, Villajoyosa

Una drácena de mucho fuste

El género “dracaena” abarca una gran variedad de especies, la mayoría de ellas son plantas de interior, resultando francamente decorativas y de fácil mantenimiento. La que mostramos en la foto es una drácena drago. Se caracteriza, entre otras cosas, porque resiste bien las temperaturas exteriores, siempre que estas pertenezcan a lugares de clima templado, como Canarias o Marruecos. Sabida es la importancia que tiene este árbol en la isla de Tenerife, donde es considerado como un tótem. Pueden alcanzar más de 12 metros de altura. En Villajoyosa se da bastante bien. Solo hay que ver la lozanía de este ejemplar, que está en el Montiboli.

Como todos sabemos, en La Vila hubo un drago centenario y fantástico. Estaba en la partida Xovades, muy cerca de la fábrica de chocolates Valor, y, durante un tiempo, si bien erróneamente, la gente creía que era único en la península (*). La verdad es que era un ejemplar tan formidable que estuvo catalogado en una lista de árboles monumentales de la Comunidad Valenciana. Tuvo un mal fin, sin embargo, puesto que el aire lo derribó cuando ya llevaba unos años muerto. Fue donado por un particular, quedó incorporado a un jardín público y allí lo dejaron morir. En Villajoyosa era realmente un icono y se sintió mucho su pérdida. Y aunque los dragos, por sí mismos, son ajenos a la política, la savia que corre por sus troncos es de color rojo.

(*) Digo erróneamente porque en Cádiz, por ejemplo, también hay dragos, incluso con tradición, aunque ya no sé si quedan muchos después de morir el más viejo en el 2013. Parece ser que el aire lo arrancó de cuajo. Estaba en el Callejón del Tinte, según he leído por ahí. Tenía 250 años.

Mariano Estrada, 29-09-2016

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