Foto tomada en Villajoyosa, M Estrada
La crisis,
las prisas y la cena de Nochebuena
Mi padre
solía decir que no entendía muy bien las prisas con que se hacían “ahora” las
cosas. (Ahora, adverbio del tiempo de mi padre que ha durado hasta hoy,
adverbio del tiempo de su hijo que sin duda se extenderá por el mañana,
adverbio de un tiempo que no nos pertenece y que tiene vocación de eternidad).
-No corras tanto, muchacho –remataba mi
padre-, que el día de Nochebuena vamos a cenar todos a la misma hora.
-Solo aproximadamente, Daniel –le respondió
un buen día el filósofo local, que era experto en cábalas y en responsos y
entendido en latines de los que el cura mascullaba en la misa de los domingos-.
El que cena en el norte –prosiguió- no es como el que cena en el sur, el este o
el oeste. Unos tienen sol cuando otros tienen sombra. Y cuando unos se
acuestan, otros se levantan. Eso sí, todos por la gracia de Dios, de “cuius
nomen non volo calentare cascos”.
-Dices bien, Avelino, pero, pica más o
menos, junto al culo lo tenemos, sea aquí o en Flandes.
-Cierto, cierto… El tiempo no solo es relativo
sino también elástico y flexible, como el esfInter de Milán. ¿Qué más da una
muesca antes que una brizna después, el luego que el ahora?
-Ahora, adverbio que nos lleva nuevamente al
principio.
-No, no, en el principio era el verbo. Y el
verbo era la palabra. Y la palabra era Dios. Y Dios dijo que se abrieran las
aguas, añadiendo: “Creced y multiplicaos”. ¿Comprendes? Así que se abren las
aguas, como ríos que anuncian el nacimiento.
-¿El nacimiento de quién, Ave Lino?
-Pues el tuyo, leche, el de tu tía la
de Burgos o el del alcalde de Consuegra, Toledo.
-¿Y no dijo nada de la cena de Nochebuena?
-Sí dijo, escucha: “Uno de vosotros me
traicionará”.
-¿Estás seguro?
-Completamente.
-¿No te confundes de cena?
-De cena, puede, pero no de palabras.
-¿Y no habló de la prisa?
-También habló, sí.
- ¿Y qué dijo?
-“Lo que tengas que hacer, hazlo pronto”.
-Ah, pues entonces el mundo no es culpable
de su carrera loca. A lo mejor fue el mismísimo Dios el inventor de la prisa…
-De la prisa y de la pausa, porque inventó
también los ronzales, los bocados y los grillos. Para que sirvieran de freno,
como las zapatillas de los pobres que van en bicicleta. Un día dijo arre y otro
dijo so. En cuanto a las vacas, antes fueron las gordas y luego las flacas. El
toro vino después, con Osborne.
-Vaya, muchacho, no eres tan tonto como nos
quieres dar a entender.
-Ni tú tan sabio, Daniel, ni tú tan sabio.
El único sabio que existe es el que es en sí mismo sabiduría, ya que conoce los
misterios de los hombres, sus necesidades y sus desequilibrios y les va
quitando a unos para dárselo a otros.
-Eso también lo hemos hecho nosotros, los
mortales.
-Sí, hasta que descubrimos los beneficios de
quedárnoslo en casa y fuimos derrotados por el egoísmo y la avaricia. Dentro de
poco no quedan ni los bosques…
-Cierto, ni siquiera el seleccionador
nacional.
Pues eso, hermano. Primero le llamaron
Trinidad y luego le llamaron Aleluya. Ahora le llaman crisis y tal vez sea este
su mejor nombre. Pero son las mismas vacas bíblicas que pastaron a su antojo en
las praderas del amanecer y que luego, en el ocaso, se les secaron
las ubres y perdieron la exuberancia y el oremus. Ya sabes que, en los años de
la niñez, la leche nos la dieron en polvo.
-Sí, sí, cuando yo era pequeñito me daban la
leche en bote…
-Pues a mí me la daban con guay, chiribí man-guay.
-Claro, y encima dormías con la criada.
-Así es, pero no tenía malicia ninguna.
-Vamos, que eras tonto de capirote…
Y hablando de la crisis, el otro día le oí
decir a una persona sensata: hemos tenido arranque de caballo y parada de
burro. Y es verdad. ¿Puede decirme alguien para qué corríamos tanto? Porque yo
sí lo sé: nos pusieron delante un balón con forma de zanahoria irresistible, es
decir, de oro líquido, de becerro cebón, de pasta gansa, de dinero fácil, de
troncho de lechuga salida, de melocotón aterciopelado y prometedores almíbares,
de empalagoso zumo de felicidad. Y ya ves, todo era un vulgar castillo de
arena, “el cuento de sal y pimiento: la burra preñada y el burro contento”.
En fin, querido amigo: espero que los
turrones de Carremi, que se fabrican en Villajoyosa y son afrodisíacos y
reconstituyentes, no se vuelvan pedruscos de la cantera de Sierra Helada, que
son fríos como aquella nieve ardiente del Principado de Asturias, en la que
resbalaban los cantores de Covadonga, con sus dientes de oro. Los helados de la
Sierra son para el verano playero de Benidorm, como las bicicletas de Jaime
Chávarri fueron para el Verano azul
de Chanquete.
Que tengas unas gozosas navidades de mazapán
y una Nochevieja con jugo transformado de bellota y húmedos salpicones de uva
fermentada, que no es otra cosa que el mosto del corazón. Do you, darling? La próxima vez que nos veamos te invito a unas
ingles de gamba, que es lo que ahora se toma en Tanganica. Tú pagas y yo te
bailo el agua que no has de beber, porque los peces como tú no tienen río
propio, salvo en aquellas ocasiones en las que se arriman a un poste de la luz,
mean la cerveza y se rascan los cueros como las vacas de la crisis.
Un abrazo y felices fiestas
PD: cuando el mundo no tenía televisión, los
dichos sobre la Nochebuena no eran mancos ni pocos. Este es de los que más me
encandilaban:
Esta noche es Nochebuena,
noche de comer patatas,
que ha parido la Estanquera
un burro con siete patas.
Mariano Estrada
Los ajos por Navidad, ni nacidos ni por sembrar.
ResponderEliminarEl frío puede entrar de repente, entre Navidad y los Inocentes .
Hasta el día de Navidad no es invierno de verdad.
Algún refrán más para que te encandiles, rabadán!
Abrazotes... y Feliz Navidad!!!
Gracias, Julito: por un momento me has recordado a Sancho, que siempre replicaba con refranes. Y a mi abuelo, que tenía más de uno para cada ocasión. Sin embargo, no me cuadra nada el personaje de Sancho en tu figura, que tira más bien a la estilizada configuración de don Quijote. ¿Serás acaso un compendio de estos dos personajes, que son las dos caras del inigualable Manco de Lepanto? Un fuerte abrazo, feliz Navidad y afortunado año 2017.
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