Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Navidad: negocio y fasto
Lo
que resulta más chocante, aunque sólo en cierto sentido, es que teniendo la
sociedad occidental un origen judeo-cristiano y siendo Jesucristo un símbolo de
humildad y de pobreza, se le haya ido tanto la mano en la conmemoración de su
nacimiento.
La Navidad, que además de celebración es el símbolo por excelencia
de la familia, y la familia, a su vez, es la base de la estructura de la
sociedad occidental, la Navidad, digo, antes que otra cosa es actualmente un
desorbitado acto de mercantilismo. Un impresionante tintineo de monedas, una
avalancha incesante de sensiblerías repentinas y deseos de felicidad con
parafernalia y regalo, una proliferación de centros comerciales en los que unos
atronadores villancicos -perdida su función original-, han terminado por ganar
la condición de barahúnda y esperpento.
Bajo esa lágrima de fácil alegría, de
emociones prontas y confraternizaciones con plazo de caducidad, hay un mercadeo
puro y desaforado. El famoso "Dios es amor" del ideario protestante se
podía trocar fácilmente en el "Jesucristo es negocio", de los grandes
mercaderes modernos y también de los que vemos los toros desde la barrera y no
protestamos en absoluto.
Mariano Estrada, escrito el 22-12-2001
Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Que acertado di agnostico y despues de 15 años mucho mas deplorable, parece que no celebramos siquiera el solsticio sino las rebajas de enero.
ResponderEliminarLos alumbrados que vemos en nuestras urbes, grandes o aldeas sacados por el musmo oatron parecen diseñados por algun mercader conocido.
No obstante te deseo MUY FELIZ N A V I D A D.
M. junco
Cáspita, leo el mensaje y me encurntro con el forro de mi chaleco.
EliminarNo puedo sino reiterarme en lo dicho y cabrearme porque esta celebracion la manipule como tantas otras un "tajo britanico" contaminado por la invasion de ideas y escenas del lejano oriente. M. Junco
De acuerdo en todo...
ResponderEliminarEs cierto, Manolo: hoy es aún más deplorable que en el año en que fue escrito ese texto, ya que ahora estamos en una profunda crisis, con salarios muy bajos y con miles de familias pasando hambre. Y entretanto, los mercaderes se forran... Un abrazo y feliz Año Nuevo
ResponderEliminarHola, Sofía: me alegra esa coincidencia en la opinión y en el gusto. Un abrazo y Feliz Año Nuevo
ResponderEliminarCuánta razón! Pensé que este año, al haber crisis y guerra, seríamos por fin más comedidos y sencillos. La ocasión la pintaban calva, pero no tenemos remedio. Cuando vi lo de Vigo y los decorados locos y competitivos de otras ciudades, me di cuenta de que vamos cada vez peor entre tantas luces chabacanas y derroches sin sentido.
ResponderEliminarMe encanta, Mariano, que lo contrarrestes y hagas notar!!!
Hola, Emi: la única razón que pueden dar en favor de tanta lucecita y tanta parafernalia, en Vigo y en todos los lugares entregados al al pantagruélico fasto, es que atrae a los turistas. Y, claro, si atrae a los turistas, atrae al poderoso Caballero quevediano. Al fin y al cabo, el dinero lo justifica todo.
ResponderEliminarEn fin, Emi, aprovechemos lo que las fiestas tienen de bueno: los encuentros familiares, los niños, los amigos... Quie tengáis unos días felices. Un abrazo