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domingo, 29 de marzo de 2020

Aguablanca: caminos de ida y vuelta


Aguablanca: fuente, rio y valle. Muelas de los Caballeros, Zamora

Aguablanca: caminos de ida y vuelta
 
Un propósito, un valle, una fuente, un gozo, una insatisfacción, un regreso, un aprendizaje, una expreriencia, un enriquecimiento.

 
El objetivo
Un fragmento del prólogo

Aguablanca es el poso que queda en la memoria después de andar los caminos de este mundo, los avatares de esta vida. Aguablanca es el impulso del corazón más allá de los estragos de la convivencia y del tiempo. Aguablanca es la simbiosis del hombre y del paisaje, la afirmación del hombre como paisaje y su necesaria comunión con la oferente y oprimida naturaleza. Aguablanca es la perpetua fe en el camino, la perpetua fuente, la perpetua emancipación.
     Aguablanca es un espacio de eternidad, un fuego inextinguible, una huella que no se borrará mientras el hombre siga siendo un anhelo, una inquietud, una añoranza, una celebración, una búsqueda, una creencia, un aleteo fallido y renovado, simultáneamente posible e imposible. Aguablanca es un hombre que mira hacia la luz por las rendijas de sus íntimas insatisfacciones, de sus persistentes y numerosas penalidades.

 
Mariano Estrada
Aguablanca: caminos de ida y vuelta (2002) fue incluido en el libro Los territorios de la inocencia (2014)

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